Por Oscar Fernández Herrera
Suzanne Vega es una intérprete estadounidense que logró una considerable popularidad gracias a los sencillos “Luka” y “Tom’s Diner”, publicados en “Solitude Standing”, su segundo álbum de larga duración. Más tarde, llegaron éxitos como “Marlene on the wall”, “Book of dreams” y “No cheap thrill”, entre muchos otros. La profundidad de sus composiciones, su estilo próximo al folk (con algunos tintes pop) y el minimalismo de algunos de sus trabajos son los rasgos más reconocibles de su obra.
Pese a la solidez de sus discos, Suzanne Vega no disfruta del total reconocimiento de los grandes circuitos de la música más comercial, aunque sí mantiene cierta presencia en las listas de popularidad. Como en muchos casos, es necesario redescubrir sus canciones para que estas palabras cobren más sentido.
Imaginado como un disco moderno que sonara a clásico, “Beauty & Crime” es un recorrido por las múltiples caras de Nueva York, su ciudad. Resaltan enormemente la voz y la guitarra, dulcemente acompañadas por discretos arreglos orquestales. Se trata de una narración honesta, aunque no siempre certera, de la ciudad de los grandes rascacielos.
En “Beauty & Crime” resuenan los ecos de los ataques terroristas del 11 de septiembre, pretendiendo con ellos un sonido meditabundo por una metrópoli que fue. El resultado simboliza un capítulo más en la historia de la Gran Manzana.
El disco comienza con la extraordinaria “Zephyr & I”; no obstante, son más notables “Ludlow Street” (la calle donde morara su hermano, quien murió de alcoholismo como consecuencia directa del derrumbe de las Torres Gemelas), “Angel’s Doorway” (que describe cómo el esposo de su prima, un policía, enfrentó el caos que los ataques causaron como terrible resultado) y “Anniversary” (un nostálgico y doliente recuento de lo sucedido el 11 de septiembre).
El disco reconcilió, de alguna manera, a Vega con aquel público que la acompañó durante sus primeros años de carrera artística.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario