Por Edgar Fernández Herrera
“La vida no vale nada,
Comienza siempre llorando, y así,
Llorando se acaba”
El 19 de enero, pero hace 99 años, nacía en la ciudad
de Dolores Hidalgo, en el estado de Guanajuato, el gran compositor José Alfredo
Jiménez.
Sin temor a equivocarme, la música del “Rey de la
Música Ranchera” es el soundtrack de
prácticamente todo México; ha educado sentimentalmente a muchas generaciones de
mexicanos, y esto ha sido posible gracias a la sencillez y belleza de sus
melodías y letras, que reflejan, sobre todo, el sentimiento del amor y el
desamor. Estos son los temas más recurrentes en su obra.
Un genio en toda la extensión de la palabra; aquí
sí se puede aplicar eso de “el genio nace, no se hace”. El maestro, de orígenes
humildes, no tuvo una educación, mucho menos musical. No sabía de tonalidades,
no sabía escribir música, e incluso no sabía tocar ningún instrumento. Sin
embargo, eso no fue impedimento para escribir y grabar más de trecientas canciones,
y se cree que pudo haber escrito muchas más. Quién sabe cuántas joyas tendrá
resguardadas la familia del compositor.
Antes de dedicarse por completo a la música, se
interesó por el fútbol. De hecho, llegó a jugar en la primera división en los
equipos Oviedo y Marte, en la posición de portero. En esas andanzas, conoció y
se hizo gran amigo del mítico Antonio “La Tota” Carbajal.
El escritor mexicano Juan Villoro lo define como
el poeta del pueblo, un filósofo, pero popular. Y es cierto, las creaciones de
José Alfredo Jiménez conectaron con el público por tratar temas simples y
directos; no recurría a metáforas ni a letras “rebuscadas”.
Lo impactante de José Alfredo Jiménez es que no
solo fue un artista local, sino que también trascendió en muchos países. El
alcance de sus composiciones es enorme. Contó con grandes intérpretes, entre
los que se encuentran: Jorge Negrete, Pedro Infante, María Dolores Pradera,
Lucha Villa, Plácido Domingo, Ramón Vargas, Javier Solís, Rocío Dúrcal, Vicente
Fernández, Pedro Vargas, Miguel Aceves Mejía, Luis Miguel, María Jiménez,
Raphael, Sin Bandera, Joaquín Sabina, Eugenia León, Bronco, Nati Mistral, María
de Lourdes, Alejandro Fernández, Andrés Calamaro, Enrique Bunbury, Concha Buika
y Enrique Guzmán, entre muchos otros más.
Canciones inmortales, como “Ella”, “El corrido
del caballo blanco”, “Qué bonito amor”, “Paloma querida”, “Camino de
Guanajuato”, “Serenata huasteca”, “Un mundo raro”, “Qué suerte la mía”, “Amanecí
en tus brazos”, “Amarga navidad”, “No me amenaces”, “Ojalá que te vaya bonito”,
“Te solté la rienda”, “Que se me acabe la vida”, “Cuando sale la luna”, “La
enorme distancia” y “El rey”, son considerados casi himnos. Nada mal para un
muchacho que no tuvo la oportunidad de estudiar música, pero que tenía de su
lado a las musas de la inspiración que dinamitaron su arte.
Falleció el 23 de noviembre de 1973, a los 47
años. Sin embargo, sigue vivo en los corazones de muchos mexicanos.
¿Su canción más representativa? La mía,
definitivamente, es “Tú y las nubes”.
Muy buen artículo. Como muchos otros que se encuentran en el blog y da gusto leerlos.
ResponderBorrarMuy buen artículo, como muchos que se encuentran en el blog y da gusto leerlos.
ResponderBorrarEl poeta del pueblo .... me recuerda tanto a mi padre. Que buen artículo. Mi canción en estos momentos ..... " no me amenaces" un gusto leerte a ti y a Oscar !!
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