La vida de Brian
Por Edgar Fernández
Herrera
Hace cuatro años la BBC publicó
una lista de las cien mejores comedias (en la que, por cierto, no incluyó
ninguna en idioma español). Un ejercicio bastante arriesgado, ya que la comedia
es un género muy particular de cada país y hacer un consenso general resulta difícil;
¿cómo lo consiguió́? Bueno, solicitó la ayuda de 253 críticos de 52 países y
al contabilizar los resultados de estas listas, la máxima ganadora fue “Una Eva
y dos Adanes (Some Like Hot) de 1959, del director Billy Walder. Sin embargo,
hoy no hablaremos de la película ganadora (que fue protagonizada por la gran y
hermosa Marilyn Monroe), sino de la que ocupó el sexto lugar de este conteo y
que es mi comedia favorita de todos los tiempos después de la genial “El
ceniciento” (protagonizada por German Valdés Tin Tan). Sí, me refiero a “La
Vida de Brian” (Life Of Brian, de 1979), la grandiosa cinta dirigida por Terry
Jones y protagonizada por el grupo de comedia inglés Monty Python.
Los Python fue un grupo de
comedia británico conformado por Graham Chapman (1941-1989), John Cleese (1939), Terry Gilliam (1940),
Eric Idle (1943), Terry Jones (1942-2020) y Michael Palin (1943). Ellos lograron la fama en su programa
de televisión llamado “Monty Python´s Flying Circus”, que se transmitió́ por la
BBC de 1969 a 1974; por cierto, en Netflix se pueden encontrar todas las
temporadas. La influencia de este grupo es comparable a la que The Beatles ejerció́
sobre la música. Su comedia, muy inglesa, trascendió́ todas las fronteras y
localismos.
Debido al éxito de la televisión,
pronto dieron el salto al cine; y en su tercer largometraje (“La vida de
Brian”) consiguieron su obra maestra, que resultó ser una sátira religiosa que
narra la vida de Brian, un hombre que tuvo la mala suerte de nacer el mismo día
y a corta distancia de Jesucristo y por esto lo solían confundir con el Mesías
(rol que a él no le interesa ocupar).
Cuenta la leyenda que, a unos días
de iniciar el rodaje de la película, el grupo inversor retiró todo el dinero
ya que consideraron el guion como blasfemo; de hecho, los Python tuvieron
muchos altercados y debates con figuras religiosas a raíz de la película. Lo
que no contaban todas estas personas es que los Python tenían de entre sus
millones de admiradores a un gran amigo: George Harrison, quien tenía muchas
ganas de ver esta película en una sala de cine. Fue así́ que el Beatle
hipotecó su mansión y su estudio de grabación para crear Handmade Films y
conseguir tres millones de libras esterlinas que costaría el filme. Terry Jones
diría después que “esta sería la entrada de cine más cara de toda la historia”.
Por cierto, se puede ver a Harrison como extra en una escena de la película,
aunque no tuvo créditos en ella. Fue lo de menos, ayudó a sus amigos, vio su película
en su cine favorito y recuperó su inversión, ¿qué más quería?
Aunque la película tuvo problemas
con ciertos grupos religiosos y en varios países, fue todo un éxito de
taquilla.
Todo el filme es una verdadera
joya, pero destacaré la escena final, donde muestran que el humor es corrosivo
y puede tener su dosis de mala leche: Eric Idle despide la película con la
pegadiza “Always Look On The Bright Side Of Life”, una escena surrealista ya
que vemos a Brian escuchar cómo los demás crucificados cantan:
“Hay cosas malas en
la vida
Que pueden volverte
loco
Otras te hacen jurar
y maldecir
Cuando muerdas en
hueso a la vida
No te quejes, sólo
silba
Eso ayudará a que
las cosas mejoren
Y... Siempre Mira el
lado brillante de la vida...
... Siempre Mira el
lado luminoso de la vida...”
Durante la interpretación se oyen
frases de los actores que interpelan al público; en ellas hablan sobre la
propia película, el precio de la entrada y, sí, acaban hablando de un tal
Bernie. Lo último que se escucha en la película es: "¿quién crees que va a
pagar por ver esta basura? Bernie, jamás recuperaras tu dinero”. Los Python se
refieren a Bernard Delfont, el CEO del EMI -la productora que los dejó tirados
a punto de comenzar a rodar al entrar en pánico nada más leer el guion.
Actuaciones increíbles, pero
destaca el gran Terry Jones (director de la misma) como la controladora madre
de Brian y es sublime.
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