Aquella noche de 1997
Por Edgar Fernández
Herrera
Hace 24 años, México se
convulsionaba debido al tramo de la gira latinoamericana “Popmart Tour”, de U2.
Se trataba de la segunda ocasión en que el cuarteto irlandés visitaba nuestro país.
En febrero de ese año, U2
publicó como primer sencillo “Discotheque”, un tema con notorios coqueteos a
la música dance y electrónica. Para su desgracia, éste no fue bien recibido y
fueron duramente criticados. Al liberar el álbum “Pop” (1997, Island Records)
al siguiente mes, las críticas fueron mixtas; la prensa y los fans no lo
aceptaron de buena manera después de dos grandes discos: Acthung Baby (1991) y
Zooropa (1993).
En lo personal, me parece un gran
disco; el último disco en el que Bono y compañía en verdad se arriesgaron y
siguieron con su fase de experimentación, dejando un puñado de muy buenas
canciones como “Wake Up Dead Man”, “Staring At The Sun” o “The Playboy Mansion”
y que, por desgracia, no han tenido la etiqueta de clásicos por la poca atención
que se le puso al disco en su momento. La gira estuvo a punto de la quiebra.
Con su monstruoso arco y limón, el transporte era muy difícil (lo que encarecía
los boletos); por si fuera poco, las presentaciones contaron con poca asistencia
en Europa y Estados Unidos. Pero todo cambiaria al llegar a Latinoamérica.
En este entorno, se esperaba a U2
con mucha euforia; mi Tío Alberto fue el encargado de comprar tres boletos
(para él, mi prima y yo). No recuerdo el mes en que se compraron, pero no
olvido lo tortuoso que resultó adquirirlos, si bien finalmente llegó la
llamada telefónica de mi prima: “ya tenemos boletos”. Fue una felicidad
indescriptible, sólo quedaba esperar a que llegara el tres de diciembre de
1997.
Durante meses me negué́
rotundamente a leer o revisar noticias de U2, pues no quería saber qué
canciones estaban interpretando durante la gira; todo debía ser una sorpresa,
llegué incluso a evitar los bootlegs que veía en el tianguis del Chopo.
Después de meses tanta espera,
llegó el momento de la cita. Esa tarde nos dirigimos al Foro Sol del entonces
Distrito Federal (ahora CDMX). Mucho tráfico alrededor del inmueble; al llegar,
obligatorio dar el vistazo en los puestos para checar las playeras, tazas,
posters, etc., yo me compré una playerita y el encendedor (es una lástima que
se haya perdido esta bonita tradición de encenderlo para alguna canción).
No recuerdo la hora exacta en la
que ingresamos al foro, pero sí recuerdo que estaba a reventar; la gente estaba
feliz y ansiosa, muchas chicas bonitas deleitaban la vista. Tuvimos que esperar
hasta las diez de la noche, ya que el concierto se iba a transmitir a algunas
ciudades de Estados Unidos y Canadá; asimismo, tuvimos que presenciar a
Control Machete, el grupo abridor y que era la banda del momento. Pobres tipos,
los abuchearon en sus escasos quince minutos que estuvieron en el escenario,
excluyendo el momento en que cantaron -es un decir- “Comprendes Mendes” (cuando
la gran mayoría de la gente los acompañó para después despedirlos). Después el
plato fuerte de la noche.
El escenario se iluminó a las
diez en punto. Empezó́ a sonar un remix de un viejo éxito discotequero llamado
“Pop Muzik” y a un costado del gigantesco escenario, sobre un pasillo, salieron
Bono (como un boxeador, mamonsísimo), The Edge (vaquero espacial), Adam
Clayton (muy profético el muchacho, pues salió́ con un cubrebocas y un look muy
apocalíptico) y, por último, Larry Mullen Jr, muy sobrio, sin ninguna caracterización.
Al llegar al escenario principal y tomar sus instrumentos, empezaron a sonar
los acordes de “Mofo”; la espera había terminado.
Bono, fiel a papel, comenzó́ a
cantar. La canción tiene referencias a su madre, quien falleció́ cuando él era
muy joven. Es muy probable que Bono, junto a John Lennon y Roger Waters, sean
los artistas pop que han escrito las canciones sobre sus progenitoras más
sensibles. Al terminar la canción, siguieron con “I Will Follow” para hilarla
con canciones del nuevo plato discográfico como “Gone” y después presentar
“Even Better Than Real Thing”, un clásico muy ovacionado. Más tarde sonaron
“Last Night On Earth” y “Until The End Of The World”. La gente coreó y aplaudió́
todo lo que Bono decía, cantaba y bailaba en el escenario. Se les veía
contentos a los cuatro. Uno de los momentos cumbre de la noche fue cuando
interpretaron “All I Want Is You”, en la que se escuchó́ la letra de Never Tear
Us Apart, de INXS. De igual forma, Bono se tomó́ la libertad de incluir con un español
francamente malo “La Bamba” mientras interpretaba “Desire”. Uno de los
instantes más bonitos del concierto fue cuando The Edge tomó el micrófono y su
guitarra para cantar una versión muy sentida de “Sunday Bloody Sunday”.
Con “Where The Streets Have No
Name” el concierto finalizaría su primera parte; para después regresar al
escenario a través del Limón e interpretar “Discotheque”, “If You Wear That
Velvet Dress” y la infaltable “With or Without You”. Vuelven a despedirse y
retornan para un segundo encore con “Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me,
“Mysterious Ways” (The Edge se luce con su guitarra) y después pasar el
momento conmovedor de la noche: Bono le dedicaría “One” a Michael Hutchence,
que en esos días había fallecido. La noche cerró con una versión parcial de la
enorme “Wake Up Dead Man”.
Pasaría una década para que U2
regresara a tierras aztecas debido a que el cuarteto vetó a México por un
incidente que sucedió́ esa noche de diciembre de 1997, en los camerinos, con el
hijo del entonces presidente Ernesto Zedillo.
Toda aquella presentación quedó
inmortalizada en el concierto en el video “PopMart: Live From Mexico City”,
único concierto de aquella gira lanzado hasta la fecha y, posteriormente, con
el disco “Hasta la vista Baby! U2 Live From Mexico City”, que incluye catorce
temas extraídos del concierto. La nota que hoy escribo la quería publicar en
para el próximo año, cuando se cumplirán 25 años de aquella presentación, pero
hace unos días liberaron un par de conciertos (entre ellos el de México de
1997) en la página oficial de Youtube de la banda.
Desde hace casi 15 años ya no
escucho a U2, pues a partir del disco “How To Dismantle An Atomic Bomb” el
cuarteto perdió́ el rumbo y sólo se ha dedicado a navegar en mares muy tranquilos,
sin arriesgarse y sin ser propositivos, además de las actitudes de diva y el
infame protagonismo que tiene el Sr. Paul David Hewson; no obstante, aún
disfruto todos esos discos que publicaron entre 1991 y 2000, la mejor época de
U2.
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