Por Edgar Fernández Herrera
Es 18 de agosto de 2021 y es un día antes de que
llegue el huracán Grace, aquí en Quintana Roo, me dispuse ver un extraordinario
documental “Summer Of Soul”, producido por el genial Questlove, el baterista de
la banda legendaria The Roots. No diré mucho sobre esta cinta, ya que después
le hare una pequeña reseña. Durante el filme se puede apreciar las
presentaciones de la hermosa y genial Nina Simone, Staple Singers, Gladys Night
y sus Pips, David Ruffin, Mahalia Jackson, Stevie Wonder, Sly & The Family
Stone, hasta el gran Ray Barreto pasó lista de presente. Tremendas actuaciones
se dieron en el llamado “Woodstock Negro”, estas jornadas culturales se llevaron
a cabo durante 1969 en Harlem, New York.
Pero hablemos del genio calidoscópico que destruyó
desgraciadamente su gloria por el abuso de drogas y me refiero al gran
Silvester Stewart, conocido como Sly Stone. Su presentación durante el filme me
hizo escribir sobre el llamado Mozart Negro, que muchos artistas han reverenciado
y con justa razón; para mí, es más grande que James Brown, más adelantado que
el llamado “padrino del soul”. De hecho, otro de los artistas que más admiro
que es Prince le debe más a Sly Stone que a Brown.
Sly nació el 15 de marzo de 1943 en Denton, Texas, pero
desde muy niño vivió una mudanza a Vallejo, California, muy cerca del área de
San Francisco. Desde muy temprana edad tuvo contacto con la música góspel y,
junto con su hermano Freddie, formó diferentes grupos de rock, blues, doop
woop, ya que la música era muy importante para él. En 1964, invitado por el DJ
Tom Donahue, emigró a San Francisco y empezó a trabajar como autor y productor
para el sello Autumn, en donde aparte de escribir y producir canciones para
otros, empezó a grabar unas para él. Se dice que estuvo detrás en la producción
de Somebody To Love de una agrupación llamada Great Society, en donde destacaba
la vocalista de nombre Grace Slick. Del mismo modo, comenzó a trabajar como DJ
en estaciones como KSOL y KDIA, ambas especializadas en música Soul.
Al ganar popularidad en su trabajo como DJ, renació el
gusto por estar dentro de una banda, así que en 1966 se unió a los Stoners e
invitó al guitarrista Freddie, seguido por su hermana, la pianista Rose. A
través de Freddie, Sly entró en contacto con el batería Gregg Errico, quien, a
su vez, implicó a su primo Jerry Martin, hábil teclista y saxofonista. A ellos
se unieron la trompetista Cynthia Robinson y el bajista Larry Graham. Con este aguerrido
núcleo de músicos, Sylvester Stewart se inventó un extraordinario alter ego:
Sly Stone. Con esto, el groove estaba listo para sonar en el hippie San
Francisco. Había nacido Sly & The Family Stone.
Tardó un poco, en que la gente reconociera a esta
tremenda banda, pero entre 1968 y 1973 la industria musical seguía con lupa los
pasos de la agrupación, la cual de manera extraordinaria y sobrenatural combinó
soul, rock, funk y pop. Con esto, cambió para siempre todos esos géneros. Por
todo esto Sly Stone estaba considerado un genio y ya jugaba en las grandes
ligas juntos con The Beatles, The Rolling Stones y Jimi Hendrix. Sus canciones
no le pedían nada a ningún artista pop del momento; sus arreglos eran dignos de
un genio, de un verdadero visionario; ¿no lo creen? a las pruebas me remito:
Sly fue el primer artista en publicar un LP donde la percusión electrónica
tenía un papel primordial, esto en 1971, una década antes de la explosión del
techno.
Además, era un gran showman; para muestra basta ver su presentación durante el 17 de
agosto de 1969, cuando Sly & The Family Stone tomaron el escenario de “Woodstock
Music & Art Fair” e hizo cantar a más de trescientos mil pachecotes a todo
pulmón “Higheeer”. Vaya manera de ganarse a la audiencia, sin duda una de las
actuaciones más tórridas y memorables de aquellas jornadas históricas.
Con la fama llegaron cosas malas y la cocaína se hizo
presente en el líder de la banda que hartó a todo mundo con sus actitudes
erráticas y autodestructivas: no se presentaba a conciertos o dejaba el escenario
sin ninguna razón, llegó también a aparecer en programas de televisión
totalmente “ido”. Todo esto provocó la desbandada y que Sly se acabara su
fortuna por el consumo de drogas.
No ha mostrado ningún cambio positivo. Suma ya muchos
años que no se presta para alguna presentación o entrevista, en reportajes lo
muestran como un verdadero méndigo; sin embargo, a pesar de esto, la banda
sigue presente, tan es así, que el mismo Barack Obama ha tomado letras de Sly y
las ha convertido en discursos políticos. En su sensacional canción “Everyday
People” la expresión “different strokes for different folks” ya es parte del
lenguaje común del slang americano.
Pero no sólo por la gran calidad musical que mostraron
serán recordados, sino también por algo que jamás se propusieron: fueron la
primera banda diversa. Insisto, sin siquiera proponérselo, ellos fueron
probablemente se constituyeron como la primera banda interracial y son un
ejemplo de inclusión. Una leyenda dice que los Panteras Negras le exigieron a
Sly que reemplazara al manager de la banda y a los músicos Errico y Martini (todos
ellos de raza blanca). El músico no sucumbió a la presión y siguió adelante.
Por estas razones este pequeño escrito debe entenderse
como un homenaje para plasmar mi admiración y respeto al genial Silvester
Stewart y a esa gran banda que fue Family Stone. Sean tan amables y háganme un
favor: busquen estos tres discos básicos “Dance to the music” (1968), “Stand”
(1969) y “There’s a riot goin’ on” (1971); escúchenlos a todo volumen y a
pónganse a bailar.