Por Oscar Fernández Herrera
He sido un acérrimo fanático de la música de Prince por años, así que cuando se anunció “Welcome 2 America” mi emoción fue enorme, casi desmedida, porque se trata del primer álbum inédito que se publica después del trágico deceso del músico hace cinco años. El material fue grabado en 2010 con propósitos poco claros, así que el geniecillo púrpura decidió “enlatarlo” indefinidamente. Con su partida, el material grabado se ha estado clasificando, masterizando y organizando para que el público pueda escucharlo por primera vez.
Con relación a “W2A”, es importante señalar que se trata de un disco conceptual de tintes políticos y sociales: impuestos, tecnología, drogas, religión y la industria musical son los cimientos sobre los cuales resuenan las doce pistas que lo componen. Se trata de una obra contestataria, aunque se encuentra lejos de lo en su momento hicieron Gil Scott - Heron, Rage Against The Machine o NWA, por citar algunos nombres célebres.
Lo anterior no significa que el disco no garantice genuinos momentos de regocijo sonoro; por el contrario, algunos de ellos son francamente deslumbrantes. El tono político y la superioridad de las grandes corporaciones industriales (como un aspecto tremendamente perjudicial) definen el rumbo de un disco que suena actual y necesario para redefinir nuestra realidad, dirigida por el consumismo desmedido. Prince reflexiona sobre este contexto con firmeza y solidez, algo que no le era impropio porque en su obra musical sobran muestras de su compromiso político – social.
“W2A” es un disco que crece poco a poco con cada reproducción. Su dinamismo no se desnuda inmediatamente, pues es necesario comprometerse con él para lograr la recompensa: guitarras electrizantes, carnalidad e inspiración. Destacan, además del corte homónimo, “Born 2 die”, “1000 light years from here”, “Running game” y “Same page, different book”.
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