Por Oscar Fernández Herrera
¿Cómo negarlo? En algún momento de nuestra accidentada historia musical, Café Tacuba fue el arquetipo de lo mejor que podía ofrecer el rock mexicano a aquellos ansiosos de resonancias fascinantes. Los dos primeros álbumes de la banda originaria de Ciudad Satélite, Estado de México, fueron una muestra de una potencia casi descontrolada. Cuando se hablaba de buen rock nacional, frecuentemente se les nombraba.
Con todo, los rumores de que su tercer disco sería una colección de covers asustó a muchos e hizo que otros tantos discutieran si los tacubos enfrentaban un “agotamiento artístico”. La condición de las pistas seleccionadas accionó las alarmas: pop, música latina y temas francamente obscuros generaron acaloradas discusiones… ¿qué estaba pasando?
Fue así que llegó “Avalancha de éxitos” (1996), una asombrosa demostración de las habilidades de la banda para reinventar temas del cancionero popular latinoamericano y otorgarles nuevos matices. El resultado final es bastante equilibrado, aunque en algunos casos no logran superar al original (“Alármala de tos”, original de Botellita de Jerez, es un clarísimo ejemplo de ello) y, en “Chilanga banda” (de Jaime López) la opinión está completamente dividida porque ambas interpretaciones son fenomenales, aunque debemos reconocer que la versión de los tacubos fue todo un éxito internacional gracias a su intrépido uso del argot pandillero de la Ciudad de México.
El pop se hace presente con “No controles”, compuesta por Nacho Cano para Olé Olé, pero que en México popularizó Flans. La reinterpretación que aquí comentamos es totalmente intensa y corrosiva, una de las sorpresas más gratas del álbum.
“Ojalá que llueva café”, de Juan Luis Guerra, es probablemente la pista más popular gracias a sus interpretaciones en directo. Escucharla en un concierto siempre será un obsequio difícil de ignorar. “Cómo te extraño”, de Leo Dan, cierra el disco brillantemente.
“Metamorfosis”, de Axis, y “Perfidia”, de Alberto Domínguez, son los temas menos conocidos, pero no por ello menos disfrutables. Al contrario, son canciones sumamente placenteras y recomendables.
Humildemente, considero que “No me comprendes” (del intérprete, compositor y pianista cubano Ignacio Jacinto Villa Fernández “Bola de Nieve”) es una obra maestra, muy superior a la original (que también me gusta). Cuando hablo del disco, es la rola que habitualmente recomiendo.
Producido por el célebre Gustavo Santaolalla, otras canciones que se contemplaron para su posible inclusión fueron “Estás perdida”, de Ritmo Peligroso, “Planet Earth”, de Duran Duran, y “Una mañana”, de Clare Fisher, pero popularizada por José José.
A pesar de no tener composiciones propias, “Avalancha de éxitos” es un disco que debe escucharse y coleccionarse. Disfrútelo.
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