Por Oscar Fernández Herrera
“Y la banda siguió tocando” es un docudrama estadounidense producido por la HBO y estrenado en 1993. Protagonizado por Matthew Modine, Saul Rubinek, Alan Alda, Ian McKellen, Glenne Headly, Richard Masur y Lily Tomlin, entre otros muchísimos actores, el telefilme nos relata, con una impecable seriedad, los primeros años de la epidemia del sida en el mundo. Es importante señalar que éste se basó en el best seller “And the band played on: politics, people, and the AIDS Epidemic”, escrito por Randy Shilts.
Después de enfrentarse a la epidemia del ébola por primera ocasión, el epidemiólogo Don Francis se percatará, años después, de que un número cada vez más creciente de homosexuales norteamericanos muere por causa de una extraña enfermedad. Decidido a encontrar respuestas para este apocalíptico padecimiento, el especialista, secundado por sus colegas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, emprenderá una misión casi imposible.
Quizá para muchos el tema resulta algo pretérito debido a los milagrosos progresos de la ciencia; sin embargo, hubo un momento en que todos nos encontrábamos en riesgo mortal debido al VIH. El filme, dirigido por Roger Spottiswoode, muestra con rigor los miedos, la paranoia, el descrédito y la homofobia que se vivió en aquellos años. Para los que crecimos en esa época, resulta casi imposible ignorar esas horrendas sensaciones.
Con relación al título de la cinta, dominan unas cuantas hipótesis sobre su origen. La más común apunta a la tristemente célebre banda de músicos que, a pesar del naufragio del Titanic, siguió tocando hasta el final sin importar el pánico que cundía entre los pasajeros. Esta tragedia se compara con el miedo que las personas sintieron cuando se registraron los primeros casos del mal llamada “enfermedad rosa”.
Con un ritmo dinámico, pero oportuno para mostrarnos detalles sobresalientes, “Y banda siguió tocando” nos educa en un tema tan delicado. Por otra parte, ésta se encuentra distanciada de los melodramas pretensiosos y los documentales anodinos para lograr un plausible equilibrio que alecciona y distrae al mismo tiempo. Resulta impactante comprobar cómo la ignorancia y la indolencia pueden causar peligrosísimas consecuencias. No sorprende la enorme cantidad de galardones que consiguió en su momento.
“And the band played on” es una potente crítica a la política de salud pública del gobierno, a la indiferencia de un amplio sector de la comunidad LGBT y a la brutal homofobia de una sociedad que, probablemente, se sintió protegida ante la epidemia del VIH.
Los cameos de celebridades del calibre de Phil Collins, Steve Martin, Anjelica Huston, Glenne Headly y Charles Martin Smith sobrepasan la mera distracción.
Un filme imperdible.
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