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miércoles, 17 de enero de 2024

A José Agustín


 

Por Edgar Fernández Herrera

 

Ayer mi hermano Oscar nos avisó, a través del chat familiar, que José Agustín había fallecido. La noticia me pone muy triste, aunque era algo inevitable, pues la familia del prosista, a través de las redes, habían informado que su estado de salud era grave, pero que luchaba incansablemente. Desafortunadamente, el 16 de enero llegó el anuncio de su deceso.

 

No vamos a caer en los datos biográficos, ya que de eso se encargarán los medios. Debí tener unos 18 años cuando me topé con “La Contracultura en México”, un libro que me encantó e impactó mucho; lo compré en Ciudadela y, debo confesar, ha sido uno de mis libros favoritos de toda la vida. En alguna ocasión cometí la estupidez de prestarlo y pensé que no me lo devolverían. Sufrí demasiado, pero después de tantos ruegos a los Dioses del Olimpo, mi libro regresó a mis manos.

 

Pero también me cayeron otras joyas de la literatura mexicana escritas por José Agustín: “De Perfil”, “La Tumba”, “Ciudades Desiertas”, “El Rock de la Cárcel”, “La Panza del Tepozteco” y “Las Tragicomedias”, todos libros muy recomendables, de una lectura muy agradable y apasionante.

 

Las letras mexicanas están de luto y no estoy exagerando. José Agustín, desde su primera novela, revolucionó la escena mexicana, pues escribió con un lenguaje diferente, nada cuadrado ni solemne; se atrevió a decir en 1964 lo que la juventud sentía a mediados de tan singular década. Parece cliché, pero es verdad: José Agustín, juntos a otros escritores, revolucionó la escena de la literatura mexicana, adquiriendo la etiqueta de Escritor de la Onda, término que el acapulqueño siempre despreció, pero del que –afortunadamente- pudo salir, cosa que no pudieron lograr Gustavo Sainz o el gran Parménides García Saldaña. La escritura de Agustín siempre fue más rica, atrevida y basta, y ahí está su obra para constatarlo.

 

Del mismo modo, lo admiré inconmensurablemente por su pasión por el rock y el blues; jamás me perdí su columna “La Cocina Del Alma” en la vieja “Mosca en la Pared”.

 

Buen viaje, José Agustín: estoy muy seguro de que seguirás impactando a millones de jóvenes que gusten de la lectura como lo hiciste conmigo desde hace 30 años.

 

 

 

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