Por Oscar Fernández Herrera
Después de la sorpresota que fue “Godzilla Minus One”, no
esperaba mucho de “Godzilla X Kong – The New Empire”, la última entrega de la
irregular saga del MonsterVerse, pero la locura que enardeció otro round entre
“Big G” y “El Rey de la Isla Calavera” fue tanta que no hizo otra cosa que
fascinarme hasta el límite de lo desmedido, igual que nuestros protagonistas.
En esta reciente película, encontramos a King Kong
deambulando por la tierra hueca en busca de una familia mientras Godzilla reina
en la superficie, enfrentándose a otros titanes para mantener la paz y el
equilibrio natural de la Tierra. Ambos kaijus parecen necesitar un desafío más
grande y eso es justo lo que se les aproxima, pues en el mundo subterráneo
aguarda Skar King para reclamar el dominio del planeta entero con la ayuda de
su ejército y Shimu, un titán dominado por él y que es capaz de escupir hielo.
Si bien el filme cuenta con poca participación humana, ésta
suministra las aclaraciones necesarias para aquellos que estén poco
familiarizados con la saga. Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, Dan Stevens y Kaylee
Hottle aparecen en pantalla el tiempo mínimo necesario para que los fanáticos
disfrutemos de los encontronazos entre las bestias. Desgraciadamente, los
chistes rancios, las secuencias cliché y las dimensiones paralelas geológicamente
improbables están presentes en todo momento.
Por fortuna es una película que no engaña a nadie: es una
colosal ocurrencia palomera, que entretiene al público fiel al género,
completamente disfrutable. No, aquí no encontraremos discernimientos morales o
hechos científicos que justifiquen la repentina aparición de dos animales imponentes,
capaces de triturar ciudades enteras de un pisotón, lo que hallaremos (y por
montones) son toneladas de acción. En consecuencia, el entretenimiento está más
que garantizado.
¿Quejas? Pocas si estás consciente del tipo de historia que
verás. Para mí, lo único que rayó en lo ridículo fue esa “sincronía” entre Godzilla
y King Kong al momento de luchar. Me hubiera gustado mirar algo más rudo y
torpe en las riñas porque, si bien son dos titanes sumamente inteligentes, son
brutos, al fin y al cabo.
Otro aspecto que no me persuadió en lo más mínimo fue la
agilidad de Godzilla. Es el más grande todos (y no sólo en términos de fuerza y
tamaño), así que esperaba que sus movimientos fueran menos gráciles y sí más
parsimoniosos. Véala en cines.
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