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sábado, 6 de abril de 2024

La gran noche del pop


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

 

 

Sumaba escasos siete abriles cuando escuché “We are the world” por primera vez. La impresión que ocasionó en mí fue ramplona del principio al fin porque no sabía inglés ni comprendía lo que una terrorífica hambruna significaba. Con el tiempo (y mayor comprensión del idioma de los gringos), la música de Michael Jackson capturó mi atención, lo que me llevó –lógicamente- a reconsiderar el himno que Jacko y Lionel Richie compusieron en 1985 para combatir el hambre en Etiopía. Mi sentencia inicial pasó de un extremo a otro rápidamente.

 

Pese a lo anterior, sospeché que “La noche más grande del pop” sería un documental soporífero y redundante, como muchos que sólo atiborran los catálogos de las plataformas digitales más comerciales. ¡Qué grata sorpresa me llevé cuando empecé a verla! Su gran cualidad es, sin duda, su falta de pretensiones, pues en ella atestiguamos cómo fue el proceso de grabación sin ningún disimulo o artimaña: errores líricos, batallas de personalidad, opiniones frustradas, una celebridad pasada de copas, voces fuera de tono, y reacciones precipitadas.

 

Los grandes protagonistas de “The Greatest Night In Pop” –además de la canción y del enorme número de estrellas que la interpretaron- son Quincy Jones y Michael Jackson, si bien Lionel Richie es el historiador de una noche francamente mágica.

 

Anticipándose a la gran noche, los buenos deseos y los enmarañados planes desfilaron poco a poco para darle forma a uno de los acontecimientos filántropos más célebres y recordados de los años ochenta. ¿Cómo reúnes a estrellas del calibre de Stevie Wonder, Smokey Robinson, Diana Ross, Ray Charles, Bruce Springsteen, Tina Turner, Bob Dylan, Paul Simon, Cyndi Lauper, Daryl Hall, Kim Carnes, y Huey Lewis, entre muchas otras, en los A&M Recording Studios después de los American Music Awards el 28 de enero de 1985? Aquí están todas las respuestas. Por cierto, resulta realmente emocionante no perder de vista cómo todos los ahí presentes aplauden a Harry Belafonte, quien –impresionado por el éxito de la canción “Do they know it’s Christmas?”- obró para que “We are the world fuera una realidad.

 

Podemos ver cómo la sección de coros fue grabada en primer lugar, con los artistas sentados juntos alrededor de un micrófono. Posteriormente, cada solista grabaría sus partes individualmente (“We are…” fue registrada en cinta analógica de dos pulgadas utilizando un equipo de alta calidad para capturar las voces de los artistas).

 

La canción se convirtió en un éxito instantáneo y recaudó millones de dólares para ayudar a combatir la crisis alimentaria africana. Ganó varios premios, incluidos cuatro premios Grammy.

 

Madonna y Prince fueron los grandes ausentes, aunque sí se comenta por qué no colaboraron en el proyecto (el geniecillo de Minneapolis ofrecería después el track “For the tears in your eyes” para el álbum que, al final, vendió millones).

 

“We are the world” es una de las canciones benéficas más reconocidas y exitosas en la historia de la música, y su mensaje de unidad y ayuda humanitaria sigue siendo relevante hasta el día de hoy. El videoclip, que mostraba a los artistas grabando en el estudio e incluía imágenes de la devastación en África, también dejó una enorme impresión en la gente. Disponible en Netflix.

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