Vistas a la página totales

domingo, 28 de abril de 2024

One Piece


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

 

 

Comencé a leer mangas (o historietas japonesas) hace más de diecisiete años, así que por mis manos han pasado decenas y decenas de historias llenas de acción, romance, suspenso y hechicería que, como es la costumbre, se han atesorado en mi cuarto para entretenerme las veces que sea necesario. “One Piece”, del mangaka Eiichiro Oda, es una obra que no le teme a los clásicos contemporáneos del género. Sí, es una de esas historias tan populares como las obras de Osamu Tezuka (el más grande de todos), Go Nagai, Leiji Matsumoto, Moto Hagio, Kazuo Koike y Goseki Kojima, Katsuhiro Otomo, Rumiko Takahashi (creadora de “Ranma ½”), Akira Toriyama (el entrañable autor de “Dragon Ball”), Masami Kurumada (“Caballeros del Zodiaco”), Hirohiko Araki (“Jojo’s Bizarre Adventure”) y Masashi Kishimoto (“Naruto”), por mencionar sólo a un puñado de verdaderos héroes del lápiz y la imaginación desbordada.

 

“One Piece”, con un estimado de más de quinientos millones de ejemplares comercializados en todo el mundo, nos cuenta la historia de Monkey D. Luffy (un juguetón pero leal y honesto adolescente que sueña con hallar el One Piece, el tesoro que escondió el pirata Gold Roger antes de ser ejecutado públicamente) y su colorida tripulación: Roronoa Zoro, Nami, Usopp y Sanji. Todos ellos, con sus apasionados sueños, se unirán en una fantasía náutica que ha despertado el interés de un público acostumbrado a pésimas adaptaciones al live action (“Dragon Ball Evolution”, “Cowboy Bebop” y “Death Note” son claros ejemplos de ello).

 

Es muy probable que los fanáticos no estén satisfechos con las menos de diez horas de contenido que corresponden a los primeros cien episodios del manga (a pesar de contar con la aprobación pública de Oda); sin embargo, el resultado, lejos de los fanatismos recalcitrantes de millones, es satisfactorio y bastante entretenido. ¿Cuándo entenderá la gente que, a pesar del equipo creativo y las herramientas tecnológicas, un relato no puede adaptarse fielmente de un formato a otro debido a las particularidades de cada uno? Probablemente nunca.

 

Pero, milagrosamente, “One Piece” se mantiene fiel al material original a pesar de las dificultades que significa contar, con la minuciosidad correspondiente, una historia que ya rebasó los mil capítulos en su formato físico.

 

Otro aspecto importantísimo que me gustaría señalar es la elección del mexicano Iñaki Godoy como Monkey D. Luffy. ¡Luce sorprendentemente bien! Es simpático, arrebatador (a su manera) y gracioso. Hay que seguirle la huella a este chico porque promete grandes cosas.

 

¡No lo piense más y disfrute esta serie en Netflix!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nadie nos va a extrañar

  Por Oscar Fernández Herrera     Con frecuencia leo cómo la gente idealiza las décadas de los años sesenta, setenta e incluso ochenta...