Hace 44 años, en una
casa de los suburbios de Manchester el 18 de mayo de 1980, un joven de 23 años
se quitó la vida al ahorcarse en la cocina. Se trató de Ian Curtis, líder y
cantante de Joy Division. Con esto, su figura se volvía mítica y la banda, que
ya era de culto, reforzó esa imagen con creces.
Bernard Summer,
Stephen Morris, Peter Hook decidieron entonces reagruparse e integrar a Gillian
Gilbert para formar una nueva banda: “New Order”. Con ella, la música del siglo
XX marcaría un gran hito dentro de su historia.
El 7 de marzo de
1983, New Order publicó una de las grandes canciones de la historia de la
música contemporánea, tan poderosa que las influencias son tan disímbolas como
Kraftwerk, Donna Summer y Ennio Morricone, pero que agregaría la influencia lírica
y actitud del post-punk. Nos referimos a la majestuosa “Blue Monday”.
Fue un puente entre
los post-punketos y los roqueros que empezaban a gustar por los sonidos de los
sintetizadores, aunque también para aquellos atascados a las drogas y la
fiesta. “Blue Monday” fue (y es) el himno por antonomasia del hedonismo. Se
alzó como la carta de presentación del segundo verano del amor y el sonido
Madchester; todo ese ambiente y esos sonidos darían vida al Rave.
La canción empezó a
trabajarse en 1982. Circulan unos demos bastante interesantes en bootlegs o
discos no oficiales. El primer sampleo con el que nos topamos es nada mas y
menos que “Our Love”, de Donna Summer, producida por el genio de Giorgio Moroder;
de ahí que la melodía nos atrape con su ritmo, un beat bastante energético y
bailable. A esto habría que añadir otro sampleo: “Uranium”, de la banda alemana
Kraftwerk. New Order tomó la base de esta canción y la cambió de tonalidad para
darle un aire triste, casi fúnebre, sin despojarla de su vitalidad.
Pero aquí viene lo más
interesante: la línea de bajo de Peter Hook para esta canción, y para sorpresa
mía, proviene de una composición de Ennio Morricone que está incluida en la
película “For A Few Dollars More”, de 1965, protagonizada por Clint Eastwood. En
la escena final, los protagonistas tienen un duelo; es ahí donde se puede
escuchar la tonada del bajo. Hook hizo un par de cambios y fue así como nació
la línea de bajo de Blue Monday.
A pesar del éxito
descomunal del single, éste representó grandes pérdidas para Factory Records, ya
que la tapa del elepé de 12”, creada por el artista Peter Saville, generó una
considerable inversión. Saville diseñó algo tan innovador y futurista que para
nada desentonaba con la melodía. Según su creador, se inspiró en un disquete de
una caja de ritmos Oberheim DMX que la banda utilizó durante el proceso
creativo de la canción y, en efecto, eso es la portada: una replica en tarjeta
de 12”x 12” de un disquete de 5” con los orificios exactamente en el mismo
lugar que el original y que incluía una funda interior plateada. La banda junto
y el sello perdieron 30 centavos por cada copia de las tres millones que se vendieron
en todo el mundo.
Hoy en día la canción
no ha perdido nada de vigencia, pues sigue sonando actual. Inclusive hoy, una
nueva generación de jóvenes la están descubriendo gracias a reels de Instagram donde la bailan.
No solamente ha sido
el soundtrack y la inspiración de millones de personas para el gozar del baile,
la artista australiana Kylie Minogue tiene un mashup titulado “Can't Get Blue
Monday Out of My Head”, que canta su hit “Can’t Get You Out Of My Head” con la
melodía de “Blue Monday”; y además dio el origen para el nombre de una de las
grandes bandas británicas y que también son de Manchester y nos referimos a los
Happy Mondays.
Como buen Frankenstein,
por tantos sampleos y recursos, nació una de las canciones precursoras del New
Wave, Electrónica y hasta del rock.
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