Por Oscar Fernández Herrera
“Los Enviados” es un thriller psicológico mexicano que se
estrenó en 2022, producido por Paramount+ y dirigido por el director argentino
Juan José Campanella. La serie de ocho episodios profundiza en los reinos del
misterio, la espiritualidad y los thrillers psicológicos, entregando una
narrativa inquietante que explora la dualidad entre fe y razón, la existencia
de lo sobrenatural y los límites de la moralidad humana.
Esta asombrosa historia sigue a Simón y a Pedro (Miguel
Ángel Silvestre y Luis Gerardo Méndez), dos sacerdotes enviados a San Acacio, un
remoto pueblo de México, por la Iglesia Católica. Tienen la tarea de investigar
una serie de supuestos milagros que ocurren en este lugar, ya que detrás de
estos fenómenos se sospecha manipulación o engaño. Cuando los presbíteros
comienzan a investigar, descubren que los hechos no tienen explicación lógica y
la gente del pueblo parece estar atrapada en un misterio colectivo.
“Los Enviados” tiene la sensación de un thriller
psicológico, donde las creencias religiosas y las dudas existenciales de los
personajes son tan cruciales como resolver los misterios que los rodean. A lo
largo de la serie, Simón y Pedro enfrentan situaciones que desafían su
comprensión de su fe mientras enfrentan sus propios demonios internos, tanto
físicos como psicológicos.
El suspenso es un hilo conductor, y aunque tiene sus raíces
en un contexto religioso, profundiza en cuestiones sobre la naturaleza de la
humanidad y la filosofía. La serie va más allá de contar historias de lo
paranormal y se basa en profundas reflexiones sobre la moralidad, la fe, la
culpa y el perdón. Las dudas sobre si los hechos ocurridos son un verdadero
milagro o un engaño recorren toda la trama, creando una constante sensación de
tensión e incertidumbre, si bien hay ciertos toques de comedia que templan, por
momentos, muchísimas sensaciones de angustia y zozobra.
El estilo narrativo de “Los Enviados” es oscuro y
melancólico, y su atmósfera refleja la soledad y el aislamiento del pequeño
pueblo donde se desarrolla la historia. El ritmo del espectáculo es
deliberadamente lento, lo que resulta en una mayor sensación de malestar a
medida que los protagonistas profundizan en los secretos del lugar. Los planos
largos y las escenas desoladas hacen que el entorno juegue un papel importante
en la construcción del suspenso, pues reflejan el abandono físico y emocional
de los personajes.
Las actuaciones son uno de los aspectos más destacados de
la serie. Miguel Ángel Silvestre, mejor conocido por su papel en “Sense8”,
interpreta a Simón, un sacerdote que comienza su investigación con sospecha,
pero su fe será muy puesta a prueba a lo largo de cada episodio. Su
caracterización como un hombre racional y, a la vez, profundamente conflictuado
emocionalmente, aporta una gran carga dramática al personaje. Por su parte, Luis
Gerardo Méndez como Pedro, el compañero de Simón, interpreta a un sacerdote menos
experimentado, pero igualmente atormentado por su pasado y su relación con la
fe.
El contraste entre ambos personajes es crucial para la
dinámica de la serie, pues mientras Simón se considera una persona racional, Pedro
parece más susceptible a los aspectos emocionales y espirituales de los
acontecimientos. Esta diferencia en el enfoque del misterio que se les presenta
está bien delineada y es crucial para generar tensión narrativa.
Los personajes secundarios, especialmente la gente del
pueblo y las figuras religiosas locales, desempeñan papeles importantes y
proporcionan pistas y preguntas para la trama principal. Cada uno construye
capas de misterio y contradicción, enriqueciendo la atmósfera de suspenso de la
serie.
Por último, es importantísimo destacar la participación de
Assira Abbate como la (incómoda) Hermana Emilia. Es un diez de diez.
“Los Enviados” se adentra en varias temáticas universales,
pero con un enfoque muy particular en la religión, la fe y la culpabilidad. A
través de la investigación de los milagros y los fenómenos inexplicables, se
plantea la cuestión de si el ser humano está dispuesto a aceptar lo
incomprensible o si, por el contrario, la razón debe prevalecer en todo
momento. En este contexto, los dos sacerdotes se enfrentan a dilemas sobre la
naturaleza de lo que consideran “milagroso” y la verdad detrás de lo sobrenatural.
La serie plantea también la idea de la culpa y la necesidad
de redención, temas recurrentes en el contexto religioso, pero también
profundamente humanos. La dualidad entre el perdón y la justicia se pone sobre
la mesa, a medida que los protagonistas luchan con su propio pasado y con la
función que tienen en un mundo que cuestiona lo divino y lo terrenal. El modo
en que “Los Enviados” mezcla estas preocupaciones filosóficas con elementos de
suspenso psicológico hace que la serie no solo sea entretenida, sino que
también invite a la reflexión.
La segunda temporada es mucho mejor que la primera.
Disfrútelas ambas en Netflix.
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