Vistas a la página totales

sábado, 11 de enero de 2025

Veleno


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

 

Mina Mazzini es, sencillamente, la artista italiana más grande que hay. Cantante, actriz y productora, “La Tigresa de Cremona” presume una discografía de más de cincuenta álbumes de estudio (sin considerar las decenas de discos recopilatorios, tributos, en directo y grabados en otros idiomas), más de mil quinientas canciones registradas y alrededor de ciento cincuenta millones de elepés comercializados.

 

Si lo anterior resultara poco asombroso, bastaría con saber que muchísimo de lo que Mina ha conseguido se trabajó más allá de la vida pública, casi en completa reclusión, pues no se le ha vuelto a ver en sociedad desde hace más de más de cuarenta años. Retirada en Suiza, sus ocupaciones se limitan únicamente a su familia y el estudio de grabación.

 

“Veleno” (“Veneno”, de 2002) es una muestra más de cómo Mina se transforma continuamente para sonar contemporánea y absoluta. Con tonos bajos e íntimos, el disco deambula entre dulces notas de jazz y un altísimo poderío vocal. “Succhiando l’uva” –de Zucchero, Mino Vergnaghi y Matteo Saggese- es la carta de presentación de este maravilloso disco, uno que sigue alimentando el mito de una artista que lleva más de cuarenta años de ausencia sin desaparecer.

 

Sin tener a menos el resto de las canciones, “Certe cose si fanno” (aparentemente escrita por Bruno Lauzi y Gianfranco Fasano para Fiordaliso, a quien los mexicanos conocemos gracias a “Yo no te pido la luna”, que inmortalizara Daniela Romo en los ochentas) es una obra maestra. Dócil y elegante, con un texto preciosísimo, el segundo sencillo de “Veleno” totaliza su duración en oro puro.

 

Dramático, el tono nunca desciende pese a sus insinuaciones claramente pop. “D'amore non scrivo più” es un claro ejemplo de lo anterior. La composición de Mauro Santoro renuncia a su brillo para otorgárselo a “Il pazzo”, la pieza más aplaudida por la crítica.

 

El gran Daniele Silvestri es el autor de “La seconda da sinistra”, otra canción de ásperas tinturas pasionales. En “Che faticha” la fuerza es imparable debido a su tremendo arreglo vocal: Qué placer y esfuerzo, qué lucha es buscar, qué difícil es mentir, qué difícil es comprometerse ... Una perla más: “Notturno delle tre” (acompañada por el maestro Ivano Fossati), un track simplemente hermoso.

 

“Hai vinto tu”, “In percentuale” y “Solo un attimo” son tan dispares como fantásticas y caprichosas. En los matices de estas melodías uno puede regocijarse sin más en la voz de Mina, la inmortal.

 

A pesar de su impecable hechura, “Veleno” no es álbum arriesgado, pero merece ser escuchado y atesorado. Sin duda, es uno de mis consentidos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

60 Años de Highway 61 Revisited

  Por Edgar Fernández Herrera     Con el recién estreno de “A Complete Unknown”, de alguna manera Bob Dylan volvió a ser tema de conve...