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domingo, 23 de marzo de 2025

Talismã


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

 

 

Con una voz increíblemente poderosa, Maria Bethânia es una de las estrellas más resplandecientes de Sudamérica. Sesenta años de éxito constante no son suficientes para reconocer el talento y la autoridad de Bethânia en uno de los territorios musicales más desafiantes y sublimes que hay: el de la música popular brasileña.

 

Talismã, lanzado en 1980, es un disco que puede describirse como un reflejo increíblemente equilibrado de la cantante, pues capturó la esencia de su talento y su capacidad para fusionar diferentes géneros musicales. Considerado por muchos como el último gran trabajo de la artista antes de un larguísimo periodo de búsqueda más experimental, este álbum ofrece una mezcla perfecta de baladas románticas y samba.

 

La interpretación de Bethânia, siempre delicada y sobria, se entrelazó con composiciones de peso como las de Caetano Veloso, quien contribuyó con cuatro temas, incluida la hermosa “Gema” (que yo escuché primero en el discazo “Outras Palavras”, de Veloso, además de una colaboración con Gilberto Gil en “Amo Tanto Viver”.

 

Una de las canciones más destacadas de Talismã fue “Alguem Me Avisou”, una samba en la que participaron Caetano y Gil, y que reforzó la gran conexión musical entre estos gigantes de la música brasileña. Por otra parte, el tema “Pele”, con su fusión de blues y cabaret, marcó una de las mayores expresiones de la versatilidad de Bethânia, quien no solo sabe cantar con precisión, sino también transmitir emociones a través de cada nota.

 

La producción destacó por su orquestación cuidadosamente estructurada, que sorteó la grandilocuencia para centrarse en un lirismo accesible y lleno de sencillez, lo que permitió que la esencia de las composiciones y la interpretación de Bethânia brillaran de manera natural. Es un trabajo en el que la cantante defendió su característico control de voz para darle espacio a la “despreocupación” y a la fluidez musical sin forzar su técnica.

 

“Talismã” fue una obra honesta y bien lograda, un testamento de la maestría de Bethânia como intérprete y una muestra de la riqueza de la música popular brasileña. Es un álbum que, sin lugar a dudas, capturó la esencia de los años ochenta y ofreció una experiencia sonora tan amplia que sigue resonando con el paso de los años.

 

Para nada es su última obra maestra, pues después llegaron joyas como “Pirata”, “Dezembros”, “Brasileirinho”, “As Canções Que Você Fez Pra Mim” y “Alteza”, por nombrar algunas.

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