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sábado, 6 de septiembre de 2025

Esos Ojitos Mentirosos

Por Edgar Fernández Herrera

 

Este 2025, particularmente en agosto, apareció en redes sociales un trend donde personas, maquilladas como payasos, muestran su lugar de origen mientras de fondo suena una cumbia: la de “Ojitos Mentirosos”. Quizás, para cuando esto se publique, ese video viral ya haya desaparecido del radar digital.

 

Debo confesar que los primeros videos que vi de esta tendencia me gustaron, a pesar de que, en un principio, no entendía del todo el motivo del maquillaje. No tardé mucho en averiguarlo: los videos mostraban los lugares de origen de los protagonistas, hacían un recorrido por el barrio. Al inicio, la mayoría de los clips provenían de colonias de la Ciudad de México, pero rápidamente comenzaron a aparecer desde otros estados de la república. El maquillaje es una referencia a la película mexicana Chicuarotes, estrenada en 2019 (no haré ninguna reseña sobre ella, porque, desde mi punto de vista, es una pérdida de tiempo: es una cinta mala, sin mucho que rescatar).

 

Y ahí empezaron los problemas, al menos para mí. Aunque el maquillaje ya estaba “justificado” y hasta el mostrar lugares humildes tenía sentido —considerando que la película se desarrolla en San Gregorio Atlapulco, en la alcaldía Xochimilco—, el mensaje que transmitían los primeros videos parecía claro: mostrar con orgullo lo difícil que es crecer y sobrevivir en el barrio. Sin embargo, la canción no tiene ninguna relación directa con la película. Uno pensaría que “Ojitos Mentirosos” forma parte del soundtrack, pero no es así. Aun así, la cumbia es sumamente representativa de los “Sonidos” y de los bailes callejeros, los cuales casi siempre se celebran en zonas populares. Es decir, aunque no sea parte de la película, sí conecta con el entorno.

 

Como todo trend de cualquier red social, más allá del afán de monetizar o ganar likes, hay que reconocer que muchos de estos videos buscan resaltar aspectos culturales y la idiosincrasia mexicana: sus barrios, sus colores, incluso sus sabores. Muestran el orgullo de ser de donde uno viene, de crecer en el barrio, de resistir. Pero también hay quienes aprovechan para visibilizar las desigualdades que se viven todos los días en el país.

 

Hasta ahí, yo no tenía ningún problema. Entendí el objetivo de este nuevo video viral. Sin embargo, la sobreexposición trajo consigo un hartazgo, que podría considerarse una molestia menor. El verdadero problema de la tendencia de “Ojitos Mentirosos” es que algunos influencers están romantizando la pobreza. Se les olvida que el objetivo inicial era mostrar las dificultades cotidianas que enfrentan millones de personas, especialmente en la Ciudad de México. Pero, en su afán por ganar seguidores, monetizar contenido y conseguir fama, trivializan esas realidades duras, sumándose a la moda sin ningún respeto hacia quienes verdaderamente viven en condiciones precarias, aquellos que deben salir cada día a buscar el sustento para sus familias.

 

En un tema más trivial, debo admitir que, de tanto ver videos, terminé harto de la canción “Ojitos Mentirosos”. Es una cumbia hermosa, que narra una historia de amor marcada por la traición y el dolor, aunque todo eso se disimula gracias a su ritmo bailable y pegajoso. Confieso también que, hasta hace poco, desconocía totalmente el origen de la canción. La he escuchado durante años, pero nunca supe quién la interpretaba. Recientemente descubrí que los créditos se los lleva una banda llamada Tropicalísimo Apache, que la publicó hace más de 30 años. Aún ignoro muchos detalles, pero prometo investigar.

 

Como toda moda, ésta también desaparecerá pronto, y vendrán otras, y muchas más. Pero por ahora, ¿ustedes qué opinan del trend de “Ojitos Mentirosos”? ¿Creen que tiene un trasfondo político y social o solo es una moda más que romantiza la pobreza?

 

Los leemos con gusto.

 

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