Por Edgar Fernández Herrera
Este 2025 se cumplen 60 años de la que es,
posiblemente, la primera acción insurreccional de la guerrilla mexicana. La
gran mayoría de la gente desconoce este pasaje de la historia de México, así
como sus consecuencias futuras.
El asalto al cuartel de Madera, Chihuahua, fue
una acción llevada a cabo por el grupo insurgente Grupo Popular Guerrillero
durante la madrugada del 23 de septiembre de 1965. El objetivo era tomar el
cuartel militar ubicado en esa ciudad. La idea surgió como respuesta a las
violaciones de derechos humanos que sufría la población, así como a la profunda
desigualdad social que imperaba en la región. Inspirados en el asalto al
Cuartel Moncada, encabezado por Fidel Castro en Cuba —recordemos que en
aquellos años la Revolución Cubana aún ejercía una fuerte influencia en América
Latina y no había perdido credibilidad—, el movimiento buscaba replicar ese
modelo de lucha.
La propuesta de una insurrección socialista tenía
como finalidad acabar con las injusticias y los abusos cometidos por los
terratenientes chihuahuenses. El Grupo Popular Guerrillero se fundó en 1964 en
Chihuahua, y estuvo integrado por campesinos, maestros y personas afines al
Partido Popular Socialista. Inicialmente, intentaron mejorar las condiciones
del pueblo mediante el diálogo, pero al no recibir respuesta a sus demandas,
optaron por tomar las armas.
Uno de sus principales líderes fue el profesor
Arturo Gámiz García, quien encabezó las denuncias contra los caciques locales y
exigía el reparto agrario de las tierras, basado en los principios de la
Revolución Mexicana. Ante la indiferencia oficial, se propuso atacar el cuartel
militar de la zona. El plan era ejecutarlo en la mañana del 23 de septiembre de
1965, aprovechando el factor sorpresa para neutralizar a los 125 soldados que
allí se encontraban. Sin embargo, el operativo no salió como se esperaba: los
militares, con mejor armamento, lograron repeler el ataque. El enfrentamiento
terminó con un saldo de seis soldados y ocho guerrilleros muertos, entre ellos
Gámiz.
Aunque en apariencia fue un fracaso total, este
hecho tuvo una gran relevancia histórica, ya que marcó el inicio del movimiento
guerrillero en México. Su impacto se intensificó posteriormente con las
matanzas de Tlatelolco en 1968 y el Halconazo en 1971, eventos que abonaron el
terreno para la creación de la Liga Comunista 23 de Septiembre en 1973.
No se trata de exaltar el uso de las armas. La
intención de este escrito es que se conozca, aunque sea un poco, la historia de
los movimientos sociales que han surgido en México. Es parte de nuestra memoria
como nación, y —nos guste o no— han contribuido a construir la limitada, pero
valiosa democracia que hoy vivimos.

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