Por Oscar Fernández Herrera
Mi admiración por Kylie Minogue está fuera de discusión,
pues la sigo con tremenda religiosidad desde que le escuché “Fever” en 2002,
cuando llegó a tierras latinoamericanas. Mi amigo Roberto me habló de ella
cuando regresó de su estadía en Francia. No se refirió a ella en los mejores
términos, pero yo me enganché cuando, tiempo después, durante una visita al
Tower Records de Zona Rosa, volvió a mencionarla.
Desde entonces he tratado de escucharla tanto como me sea
posible, aunque casi siempre paso por alto sus primeros álbumes para centrarme
en sus trabajos más recientes (“Impossible Princess”, de 1997, es quizá lo más old que le escucho). Por otra parte,
debo confesar que tampoco soy el típico fanático que aplaude toda su música sin
chistar. Hay álbumes que simplemente no me gustan. “Gold” y “Tension II” son
dos buenos ejemplos.
“Tension II”, lanzado en 2024, no fue un gran álbum. Si
bien conservó su característico sonido pop dance, careció de la frescura e
innovación que la hicieron destacar en otras etapas de su carrera. Muchos de
los temas sonaron trillados o sin inspiración, y la producción no logró
sobresalir en el panorama pop actual. Frente a esta escasa acogida, Kylie
decidió embarcarse rápidamente en una gira mundial y apostar por su fuerte
conexión con el público en vivo para capitalizar el nostálgico éxito de sus
grandes éxitos, en lugar de invertir más tiempo en impulsar un disco que no
tuvo el impacto esperado.
El resultado de esta gira fue “Tension Tour//Live 2025”, un
álbum que, contrario a su predecesor, ofrece éxitos cargados de nostalgia, una
intérprete con un brío contagioso y mucho electropop. Pese a la decepción que
“Tension II” me causó, su versión en directo resultó ser una muestra más del
por qué Kylie Minogue es la indiscutible princesa del pop. ¡Electrizante!
El catálogo musical de la australiana admitió una
refrescante actualización para sonar más fuerte que nunca. Los diferentes
períodos que Kylie musicalizó alzaron la mano para protagonizar este show
multicolor. Todo el repertorio suena genial, pero los temas de “Disco”, “X”,
“Aphrodite”, “Tension” y “Light Years” son temazos que reclaman muchísima más
atención.
Un disco indispensable para los más apasionados, pero que
encantará al público casual. Sin peros, aunque me hubiera fascinado la
inclusión de más temas de sus últimos tres álbumes.

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