Por Oscar Fernández Herrera
Sérgio Mendes fue un pianista, compositor y arreglista
brasileño, reconocido por popularizar la bossa nova y la samba a nivel
internacional, especialmente en las décadas de 1960 y 1970. Su grupo Sérgio
Mendes & Brasil ’66 fusionó ritmos cariocas con pop y jazz para lograr
éxitos globales como “Mas Que Nada”, y contribuyó a acercar la música brasileña
al público estadounidense y europeo.
Por otra parte, a comienzos de los noventa, el sentir del
público internacional frente a la música popular brasileña y otros géneros de
la nación verde amarela era una mezcla interesante de curiosidad, admiración y
redescubrimiento, aunque todavía limitada por ciertos estereotipos. El world music se popularizaba, y fue
entonces cuando llegó Sérgio Mendes —con su aclamadísimo “Brasileiro”— a
revolucionarlo todo en 1992.
Caracterizado por la fuerza realista de la batucada, la
mezcla de ritmos originarios de Río, Bahía y otros estados brasileños, y una
cuidadísima producción, “Brasileiro” se destacó por una música poderosa y
abrumadora, guiada por las percusiones. Juguetón, aunque a ratos empalagoso, el
disco está repleto de riesgos creativos que incluyen guiños a la música que
Brasil ’66 alguna vez manufacturó.
Quizá los reproches más comunes con relación al desmesurado
éxito de este álbum sean la sobreproducción y la falsa apariencia de que se
escucha “auténtica” música brasileña… grabada en Estados Unidos. Uno de sus
grandes aciertos fue la participación de Carlinhos Brown en muchísimas de las
pistas.
Más allá de estos detalles, “Brasileiro” es una colección
musical que debe escucharse sí o sí. “Magalhena”, “What Is This?”, “Pipoca”,
“Indiado” y “Chorado” son maravillosas.

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