Por Edgar Fernández Herrera
Hace 28 años, la banda irlandesa U2 publicaba
su noveno álbum titulado “Pop”, un trabajo enormemente influenciado por los
sonidos que dominaban al mundo en 1997: en general la música electrónica y, en
particular, el trip hop, aunque sin perder el sonido característico de Bono,
The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr.
En lo personal, es uno de mis álbumes
favoritos del cuarteto de Irlanda, un disco arriesgado que sigue la línea de
experimentación iniciada en 1990 con el soberbio “Achtung Baby” y que llega a
su punto más alto en este trabajo de 1997. Pero en su momento, y hasta la
fecha, ha sido un disco muy menospreciado por la crítica, los fans e incluso
por los mismos integrantes de la banda.
Con un proceso de grabación bastante
complicado —con Larry Mullen Jr. ausente en las primeras semanas de sesiones a
causa de una cirugía en la espalda, la visión y manera de trabajar de los
distintos productores que colaboraron con el cuarteto y, además, el inminente
inicio de una gira mundial— U2, a pesar de haber pospuesto la salida del álbum
de la Navidad de 1996 a marzo de 1997, entregó un producto final que no fue, y
de hecho no ha sido, del agrado de los integrantes de la banda. Llegaron
incluso a regrabar algunas canciones para sencillos y recopilaciones y, salvo
en el PopMart Tour, las canciones de este disco han sido ignoradas en las giras
subsecuentes.
Nunca lo he entendido; a mí me parece un gran
disco con grandes canciones. Pop comienza con “Discothèque”, que de hecho fue
el primer sencillo, quizás una de las dos canciones más flojitas del disco. U2
hace una parodia de las canciones disco de los setenta, pero con un toque
moderno. El video es una maravilla: U2 vestidos como Village People, bastante
cómicos, pero funciona. A continuación, la canción más U2 del disco: “Do You
Feel Loved”, con un bajo distorsionado que le da mucha potencia a la pieza y
una guitarra sencilla (si se me permite la expresión), pero con sus toques de
electrónica.
“Mofo” es el claro ejemplo de lo que U2
intentó con el álbum: mezclar el sonido característico de la banda con
electrónica, casi sonando a una pieza techno. La letra es muy personal; en ella
Bono lamenta la pérdida de su madre y cuánto la ha necesitado. Durante la gira,
esta canción abría los conciertos; previa a ella sonaba “Pop Muzik”, un viejo
éxito discotequero, para enlazarla con “Mofo”. “If God Will Send His Angels” es
una gran balada en la que Bono clama por la ayuda de Dios y en la que destaca
la guitarra de The Edge.
El segundo sencillo, “Staring at the Sun”,
quizás la canción más popular del disco, es, contrario a la temática general
del álbum, una pieza predominantemente acústica. Pasamos al tercer sencillo,
“Last Night on Earth”, que de hecho fue la última canción en grabarse. Gran
pieza, con una saturación notable en su guitarra. Fue infaltable durante la
gira; es una lástima que la hayan descartado en las giras subsecuentes. El
video promocional es alucinante, con la aparición del gran William S.
Burroughs. El experimento no muy bien logrado, pero bastante interesante, es
“Gone”, un ejercicio de krautrock (sintetizador VCS3 incluido, interpretado por
Flood). La canción data de las sesiones del emblemático Zooropa.
“Miami” es la canción que no ha sido de mi
agrado; nunca he podido determinar por qué. Dicho esto, no hay mucho que decir
sobre ella.
“The Playboy Mansion”, qué joya de canción:
con una guitarra sensual y deliciosa, mientras Bono ironiza e incluso se burla
de los tópicos pop: “If coke is a mystery, Michael Jackson history / If beauty
is truth / And surgery the fountain of youth”. Vaya letra. Una de las grandes
canciones de Bono y compañía; es una lástima que no se aprecie como tal.
Al igual que la pieza anterior, otra canción
muy menospreciada —y que tuve la oportunidad de escuchar en ese lejano 3 de
diciembre de 1997 en el Foro Sol— es “If You Wear That Velvet Dress”, con su
atmósfera pesada, envolvente y sensual, y con una letra de deseo y
espiritualidad, donde Bono se luce con una voz muy sugerente.
“Please”, gran canción con la marca de la
casa, es decir, una base rítmica muy sólida (Larry Mullen y Adam Clayton lucen
a enormidades), en la cual Bono lamenta que el proceso de paz en Irlanda no
haya fructificado como se había planeado y prometido.
Para cerrar este gran disco, un portento de
canción: “Wake Up Dead Man”, un tema muy sombrío, nada habitual en U2. Es una
plegaria a Dios, pero también expresa un desencanto con la religión; diría que
la letra es hasta blasfema, ya que reniega de la fe. La canción fue escrita
durante las sesiones de Achtung Baby. Recuerdo que mi tío Alberto, el día del
concierto, anhelaba que tocaran esa canción. Fue una lástima que no lo
hicieran; hubiera sido un gran momento. Solo nos dieron una probadita al
finalizar “One”: Bono empezó a tocar los acordes de “Wake…” y cantó unas
líneas, para después despedirse del escenario.
“Pop” ha sido un
álbum muy infravalorado, y siempre he creído que es un gran error. Es un gran
álbum que urge revalorizar, el último disco donde U2 en verdad se arriesgó, ya
que, a la postre, se instalaría en una zona de confort, donde los éxitos y las
ventas son seguras. Es una lástima que la banda haya tomado ese camino, ya que
de 1990 a 1997 demostró que podía ser artista en toda la extensión de la
palabra y no hacedora de canciones facilonas como “With or Without You”.
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