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sábado, 20 de marzo de 2021

Los Siete Samuráis

 

Por: Edgar Fernández Herrera

 

Hablar de los Siete Samuráis, del gran Akira Kurosawa, es referirse de unos de los grandes clásicos de la cinematografía mundial. Vi por primera vez esta cinta de acción feudal japonesa en Canal 11, del Instituto Politécnico Nacional. Fue una desvelada segura, pues la cinta dura alrededor de tres horas. Tiempo después la pude conseguir en el Tianguis Cultural del Chopo: una edición española que por desgracia no conservo, aunque años después en Tiendas Mixup la compré en un Box Set de cintas de Kurosawa.

Esta película es de 1954 y, como indiqué, fue dirigida por Akira Kurosawa (1910 - 1998), y en su momento obtuvo el “León de Plata” de la Muestra de Venecia. Hace dos años la BBC la consideró como la mejor película de habla no inglesa de toda la historia.

El filme se centra en una de las épocas más convulsas de Japón: el periodo Sengoku, algo así como la Edad Media Japonesa (Siglo XVI), en donde la constante -además de la pobreza- eran las guerras tribales. En éstas se destaca la participación de los guerreros samuráis, tratando de unificar a Japón y reestructurando el orden social. La trama de esa enorme película se desarrolla en un entorno violento y muy humilde; los samuráis protagonistas, son simples rōnin (guerreros) que, tras quedar sin señor al perder en alguna batalla, viven como vagabundos buscando a quién servir y a ellos llegan unos pobres campesinos para pedirles auxilio, ya que constantemente eran asediados por ladrones que les robaban sus cosechas. En ese aspecto la trama es muy inspiradora, ya que el viejo Kanbei acepta cooperar y encontrar otros seis samuráis para enfrentar y detener a esa banda de criminales. La paga será sólo arroz.

Creo que es difícil encontrar otra producción japonesa que reúna la misma calidad, además de su estética, humor, drama y acción por medio de sus batallas de espadas. De igual forma aquí es muy importante destacar la naturaleza de los samuráis, con toda su tradición, pues deben defenderse y enfrentarse a armas de fuego (recordemos que Japón empezaba a ver la modernidad que europeos ya llevaban a los lugares que visitaban por comercio o conquista).

La idea de Los Siete Samuráis inspiró a directores que tomaron este argumento para otros trabajos como Los Siete Magníficos (su primer remake), Los Cañones de Navarone, Los Doce del Patíbulo y la animada Bichos, por citar sólo algunos ejemplos. George Lucas también se rindió ante Kurosawa y sus samuráis, pero especialmente ante La Fortaleza Oculta, película de la que toma la trama para La Guerra de las Galaxias, que narra cómo una princesa debe enfrentar una serie de peligros acompañada de un muy particular grupo de aventureros. El creador de las historias de Luke Skywalker y Darth Vader siempre admitió su debilidad por las historias de samuráis y especialmente por las de época Jidai-geki, dicho en japonés. Y de ahí nace el término jedi.

En algo más reciente, pero muy relacionado con el mundo de Star Wars, en la extraordinaria serie “The Mandalorian” (episodio número cinco de la temporada dos) se homenajea a Kurosawa –en este caso por “Yojimbo”. La influencia del director japonés se deja sentir en un maravilloso plano en el que Ahsoka Kano (Rosario Dawson) se planta delante de la magistrada Morgan Elsbeth. En la misma serie, pero en la temporada uno, en el episodio titulado “El Asedio”, la directora Dallas Bryce Howard ofrece un homenaje directo a Los Siete Samuráis.

Por cierto, unos de los protagonistas en el papel de Kikuchiyo, fue el actor Toshiro Mifune (1920 - 1997), quien también trabajó en México en la película “Ánimas Trujano” (1961), dirigida por Ismael Rodríguez. A pesar de que Mifune no pudo decir sus diálogos en español, sus expresiones faciales y su gran calidad actoral sacaron el proyecto a flote. El actor mexicano Narciso Busquets hizo el trabajo de doblaje.

No hay ningún desperdicio aquí. No ver Los Siete Samuráis es un gran pecado; dense tiempo y vean esta obra del cine japonés.

2 comentarios:

Nadie nos va a extrañar

  Por Oscar Fernández Herrera     Con frecuencia leo cómo la gente idealiza las décadas de los años sesenta, setenta e incluso ochenta...