Por Oscar Fernández Herrera
El dictamen es claro: durante su gestión como edil de Texcoco, en el Estado de México, Delfina Gómez robó para la “causa” de AMLO al confiscar, sin autorización alguna, diez por ciento del salario a todos los trabajadores municipales. Por otra parte, la multa impuesta por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirma las denuncias hechas por decenas de trabajadores en su momento. La férrea defensa del presidente también prueba que él conoce y fomenta la corrupción en la 4T.
¿Se premian los quebrantamientos de funcionarios y políticos morenistas? Testimonios y muestran sobran. Morena y sus seguidores están montados en el poder que consiguieron gracias a treinta millones de mexicanos, pues actúan con tal desfachatez que hasta la cínica lealtad premian. La oposición dormida endosa tales abusos.
Parece que en Morena hay recursos para pagar multas y restituir el dinero “aportado” hasta con intereses; no los necesita. Tampoco necesita a la actual secretaria nacional de educación, así que en su momento la apartarán del escenario político (si bien la justicia ignorará sus fechorías).
Sorprende enormemente que, a la luz de las pruebas y los señalamientos del tribunal electoral, Gómez Álvarez se mantenga en su cargo con tanto descaro y sólo algunas mencionas públicas con relación a las acusaciones que pesan sobre ella.
El tiempo transcurre y las gestiones y los quehaceres de los militantes de Morena, cobijados por el presidente, demuestran que seguimos padeciendo los mismos desenfrenos y arbitrariedades sin que podamos hacer nada. Un gobierno de moches para el beneficio del político tabasqueño y su autodenominada transformación.
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