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viernes, 15 de abril de 2022

Anos 70


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

Ney de Souza Pereira, mundialmente conocido como Ney Matogrosso, es una de las voces más originales que nos ha regalado Brasil. Originario de Mato Grosso do Sul, desde pequeño mostró su increíble talento en diferentes disciplinas: canto, actuación y pintura; no obstante, su popularidad despegó cuando se unió al grupo Secos & Molhados. João Ricardo se fijó en él por el acentuado tono de su voz. Con ellos recorrió buena parte del continente gracias a los temas “Sangue Latino”, “O Vira” y “Rosa de Hiroshima”. Después de dos años abandonó el grupo para iniciar una extraordinaria carrera solista.

 

Su primer intento para colocarse en el gusto del público brasileño fue “Água do céu: pássaro”; a pesar de su calidad, el disco pasó de largo pues se le consideró estrafalario para hacerse notar entre las grandes multitudes. A esta época pertenecen los temas “Homem de Neanderthal”, “Açúcar Candy” y la notable “Coubanakan”. Las cartas de presentación de Ney eran el escándalo y la provocación.

 

“Bandido” personificó el éxito para Ney Matogrosso. El tema “Bandido Corazón”, compuesto por Rita Lee (ex integrante de Os Mutantes y quien lo apodara como “el Bowie de Brasil”), sonó fuertísimo en 1976. Con este álbum también llegaron “Usina de prata” y “Pra não morrer de tristeza”. Insobornable y fiel a su estilo, no resultó insólito que el régimen militar brasileño lo hostigara y censurara con frecuencia.

 

A continuación, grabó “Pecado” y con él, tenemos la androginia en toda su magnificencia. En él presentó temas picantes y, al mismo tiempo, lanzó un guiño a su antigua banda (Secos & Molhados) y a los inmortales Tom Jobim y Newton Mendonça. Con “Pecado”, Ney se erigió como un modelo de lucha contra el conservadurismo social y la falta de libertades en su país. “Desafinado”, “Metamorfose ambulante”, “Retrato marrom” y “Tigresa” desnudaron completamente el espíritu de su intérprete.

 

“Feitiço” continuó la misma dirección de su antecesor, disparando las alarmas entre los más conservadores. “Bandoleiro”, “Tic tac do meu coração”, “Sensual” y, sobre todo, “Não existe pecado ao sul do Equador” destacan enormemente. Con todo, un año después, Ney abandonaría las máscaras, las plumas y el maquillaje en “Seu tipo” (1979), un disco transitorio que lo conduciría a otros horizontes.

 

Ney Matogrosso cerraría la década con “Sujeito estranho”, una obra que lo presenta completamente urbano y discreto, aunque el alboroto permanece incólume: “Napoleão”, “Ando meio desligado” (“Ando medio drogado”, original de Os Mutantes) y “Um indio” culminan brillantemente una década de triunfos, reivindicaciones y desenfrenos.

 

“Anos 70” recoge todas estas canciones y muchísimas más. Se trata de un manifiesto sonoro de una de las personalidades más arrolladoras de la música latina. Nunca nadie como Ney Matogrosso.

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