Los Caifanes

 

Por Oscar Fernández Herrera

 

Después de abandonar bruscamente una reunión, Jaime y Paloma (interpretados por Enrique Álvarez Félix y Julissa) desaparecen en busca de algo de intimidad en la enorme Ciudad de México. Al tratar de escapar de un aguacero, ambos se aproximan a un automóvil supuestamente abandonado para introducirse en él y comenzar así un momentáneo flirteo que terminará cuando El Gato y Los Caifanes reclamen la propiedad del coche.

 

De esta manera, el grupo emprende un recorrido por la gran ciudad para inmiscuirse en la turbulenta vida nocturna de aquella época, lucidamente retratada por el director Juan Ibáñez. De manera casi imperceptible, el filme nos muestra esa lucha de clases en la que chispean las costumbres, las relaciones sociales, el lenguaje, las parrandas y las amistades improbables.

 

Se trata de un entusiasta documento fílmico que nos muestra el encuentro de los obreros de clase inferior (y a quienes conoceremos únicamente por sus sobrenombres: El Gato, El Estilos, El Azteca y El Mazacote) y el par de enamorados pudientes. De todos ellos, Paloma es la protagonista de la historia porque en torno a ella sucumbirán (de diferentes formas, por supuesto) sus acompañantes masculinos. Su mirada se detendrá continuamente en las múltiples formas que asume la ciudad para dar refugio a sus habitantes.

 

Resalta la manera en cómo se divierten los Caifanes, sin ninguna restricción o impedimento moral, la irritante prudencia de Jaime y la prolongada fascinación de Paloma. Uno de los puntos más altos es cómo nuestros protagonistas se enfrentan a la muerte (las escenas en la funeraria simbolizan perfectamente bien este elemento), sin que ello aparente un mero capricho intelectual.

 

La cinta derrama personalidad en demasía gracias a un argumento equilibrado, una óptima dirección y un impecable trabajo actoral. Completan el reparto Sergio Jiménez, Oscar Chávez (también responsable de la música que acompaña, ilustra y describe a las más memorables escenas), Ernesto Gómez Cruz y Eduardo López Rojas. Como dato curioso, el (fallecido) escritor Carlos Monsiváis interpretó a un Santa Claus totalmente borracho.

En un momento de la película, El Azteca (Gómez Cruz) le confía a Paloma que un “Caifán es el que las puede todas”. Con esa frase podemos simplificar el realismo mágico de “Los Caifanes”, una obra que merece nuestra total admiración y reconocimiento.

 

No menos importante es la música que acompaña a la película. “Fuera del mundo”, interpretada por Chávez, es una pieza sublime, hermosa.