Por Oscar Fernández Herrera
Sin lugar a dudas, Maria Bethânia es la gran voz de Brasil. Por más de cincuenta años, la hermana de Caetano Veloso ha demostrado en más de una ocasión la trascendencia de los intérpretes tropicalistas en la delineación de la música popular latinoamericana. Su majestuosa estampa sobre el escenario no resulta anónima ni para las generaciones más jóvenes. Su canto, más poderoso aún, sonará por siempre.
Poseedora de un encanto que le arrebata la belleza a las palabras, Maria Bethânia nos ha obsequiado insólitas condiciones para entender el arte popular brasileño. Desde sus primeros espectáculos, Bethânia ya se engrandecía frente al falso tradicionalismo y denunciaba la falta de libertades en el gigante sudamericano. Nunca le ha puesto costo a sus ideales.
A pesar de todas las cualidades que les pudiera compartir, estimados lectores, debo aceptar que la “abeja reina” es desconocida en buena parte del continente. La razón bien podría ser el lenguaje, si bien la cantante ya ha grabado en español en múltiples ocasiones. Es necesario descubrirla y entusiasmarse con su amplísima obra.
Íntimo, dulce y entrañable, “Que falta você me faz” es el disco que Maria Bethânia grabó como un homenaje póstumo para el compositor Vinicius de Moraes, quien además fue colaborador y amigo personal. De Moraes escribió en una ocasión que Bethânia “cantaba como un joven árbol que arde en un crepitar de madera que se extingue hacia lo alto”.
“Que falta você me faz” (2007) fusiona la poesía de Vinicius y la potencia que Bethânia desnuda al cantar. Si lo anterior no fuera suficiente, los elegantísimos embellecimientos orquestales proporcionan sensaciones increíbles para quien se anime a escuchar unos de los discos más delicados y elegantes en la discografía de la artista baiana. La participación de los músicos Daniel Jobim, Antonio Adolfo, Marcel Powell, Philippe Baden Powell y Jaime Alem, entre otros destacados nombres, es un acierto que no puede pasarse de largo.
La inspiración del poeta y músico carioca deslumbra en cada una de las selecciones, si bien resaltan “Tarde em Itapoã”, “Mulher, sempre mulher”, “Lamento no morro / Monólogo de Orfeu”, “Samba da bênção”, y “A felicidade”. La delicadeza de los arreglos de cuerda es impresionante.
Cada palabra entonada por Maria Bethânia parece cargar todas las emociones del mundo. Así de poderosa es. Si usted, querido lector, desconoce la obra de esta mujer, “Que falta você me faz” es un excelente comienzo. Anímese a escucharlo porque no se arrepentirá.
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