Por Oscar Fernández Herrera
Los primeros minutos de “Estrellas en la Tierra” (“Taare Zameen Par”) me hicieron pensar que me encontraba frente a la típica historia de un profesor que todo lo puede gracias al encanto del cine. Sí, de esas películas que suelen mostrarnos en las asambleas escolares para cubrir los tiempos de trabajo. Por fortuna mis apreciaciones no fueron siempre las más acertadas.
Sí, el filme tiene un poco (o mucho) de ese sonadísimo relato que involucra a un estudiante problemático, a unos padres incapaces de entender a su hijo, y a un profesor dispuesto a conciliar las cosas con un par de canciones; pero, al mismo tiempo, ostenta un argumento súper trabajado y equilibrado, y una historia que no resultará tan fácil de predecir.
Ishaan es un alumno de tercer grado con muchos problemas: indisciplinado, distraído y cabeza dura. Todos los días lucha contra estas dificultades y las desalmadas comparaciones con Johaan, su triunfante hermano mayor. Las cosas no pueden empeorar cuando sus profesores le insinúan que está a punto de repetir el ciclo escolar debido a sus pésimas notas. Ishaan no parece estar preocupado a pesar de los regaños de su padre y la intranquilidad de su madre.
Preocupados por un posible “retraso” de su hijo, sus padres deciden encerrarlo en un colegio con la esperanza de que todo cambie, pero el pobre Ishaan se encuentra cada vez más deprimido y aislado. Nadie sabe qué hacer con él hasta que llega Ram Shankar, un original profesor de arte.
El profesor reconoce en Ishaan un terrible conflicto, aunque le cuesta reconocerlo. Después de una visita relámpago al hogar del pequeño, descubre que Ishaan es un niño dotadísimo de talento con un importante problema de dislexia.
De este modo, inicia una relación de cariño y protección entre ambas figuras. Poco a poco las cosas irán cambiando favorablemente para el pequeño Ishaan. Tanto que es difícilmente reconocible ante la curiosa mirada de los demás.
“Estrellas en la Tierra” es una historia de descubrimiento, que nos enfrenta a la condición de ser únicos y diferentes, aunque ello implique el quebrantamiento de esos estériles moldes sociales que desde niños nos imponen. Como profesor, reconozco el valor pedagógico de esta película; como simple espectador, me impactó la brutalidad sistemática con la que se trata a las personas que no se acoplan a los estándares generales.
La forma en cómo Ram Shankar se acerca a Ishaan es enternecedora y, al mismo tiempo, tremendamente aleccionadora. Es fundamental que, en la medida de lo posible, nos preocupemos por los impedimentos que enfrentan los más pequeños a nuestro alrededor. Simpaticemos y ayudémosles.
Como comentario adicional, debo confesar que el gran número de canciones no me agradó del todo. Entiendo su función, pero nunca he simpatizado con los musicales. El final de la historia es bellísimo.
Las actuaciones de Darsheel Safary y Aamir Khan (quien también dirige y produce) son merecedoras de muchísimos aplausos. Disfrútela en Netfli
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