Por Oscar Fernández Herrera
“Heartsopper” es una serie británica que rápidamente ha logrado una inmensa popularidad entre el público adolescente gracias a su diseño e historia. Ésta apareció antes en formato de cómic digital para presentarnos a Charlie Spring (interpretado en la serie por Joe Locke), un estudiante gay que se enamora de Nick Nelson (Kit Connor), su compañero de banca en el colegio al que asisten. Es un relato amoroso realmente entrañable y bien hecho.
¿Qué hace tan especial a “Heartstopper”? Lo esperanzadora que es. Quizá para algunos lectores esto resulte absurdo, pero para los integrantes de la comunidad es un producto (en el mejor sentido de la palabra) necesario porque, además de “Yo soy Simón”, todo se restringía a dramas donde los personajes LGBTTTIQ+ reniegan de su condición o son ridiculizados grotescamente. No, aquí los protagonistas son representados con total naturalidad y respeto.
Lo anterior no significa que Charlie y Nick no enfrenten las dificultades cotidianas. Los dos muchachos desnudarán poco a poco sus temores y las reprobaciones de una sociedad que “desconoce” el amor entre personas del mismo género.
El dinamismo y la frescura que se muestran en “Heartstopper” se debe, en gran medida, a que Alice Oseman (creadora de la historia) se implicó enérgicamente en los procesos de producción. La elección del cast es un punto súper notable, pues los actores no sólo desarrollaron sus papeles a la perfección, sino que también los llenaron de corazón.
Quizá lo que escribo no le hace justicia a esta serie británica, pero debe mirarla para percibir lo que verdadera inclusión significa. ¡Que se produzcan más relatos como “Heartstopper”! Véalo en Netflix.
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