Por Oscar Fernández Herrera
Jaguares es una banda que nació después de la separación de Caifanes, luego de profundos desacuerdos entre Saúl Hernández y Marcovich, líderes del célebre grupo de rock. Si bien Jaguares se ha presentado públicamente con distintas alineaciones, los miembros regulares siempre han sido el propio Hernández y el baterista Alfonso André.
Estudiaba la preparatoria cuando escuché “Detrás de los cerros” por primera vez. Me pareció horripilante, pues aún guardaba las rolas caifanescas en la memoria y me negaba a escuchar algo que no luciera (metafóricamente) el sello de la banda anterior. No obstante, poco a poco fui descubriendo el resto de “El Equilibrio De Los Jaguares”, el debut de aquella banda mexicana que con el tiempo demandaría un sitio de honor en la accidentada historia del rock nacional.
Después de enfrentar un serio problema de salud, Hernández encaminó la hechura de “El Equilibrio” con André, José Manuel A. y Federico Fong, quienes se encontraban también en la producción del primer disco de La Barranca. En la producción se hallaba Don Was, conocido por trabajar con The Rolling Stones, entre otros muchísimos nombres.
El entusiasmo que el disco generó en un principio no impidió que se apreciara el deterioro fonético de Saúl Hernández, aunque al final le dio un toque de dramatismo a sus interpretaciones.
El disco, por supuesto, no compite con el sonido que hiciera famosos a Los Caifanes; sin embargo, con el paso de los años, terminó por atrapar la atención del público gracias a su sonido, enérgico (sin duda por las instrumentaciones guitarreras de Aguilera), dinámico y cumplidor. Las letras rompieron con las opiniones, pues en numerosas ocasiones fueron calificadas como demasiado presuntuosas.
Sobresalen “Dime jaguar”, con un hermoso riff inicial cruzado con unos acordes de piano, “Imagíname”, que nos regala una fascinante sacudida con la guitarra (obsequio de Aguilera), “Detrás de los cerros” (con la que me reconcilié gracias al acordeón del Flaco Jiménez), “Nunca te doblarás” y “Las ratas no tienen alas”, con un ritmo truncado, letras ambiguas y algo lastimera (los fanáticos discuten si es una declaración contra Marcovich).
¿Qué ocurrió después? Surgió La Barranca y Jaguares inició un largo y doloroso desplome que los “obligaría” a interpretar “Te lo pido por favor”, de Juan Gabriel. El legado quedó y, aparentemente, Caifanes regresó para cosechar más éxitos.
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