Por Oscar Fernández Herrera
“Black Adam”, protagonizada por Dwayne Johnson, es la última adición al cine de superhéroes que, poco a poco, parece hundirse debido al monstruoso abuso de las fórmulas que se usan para la realización de este tipo de películas. Desafortunadamente, el antagonista de Shazam, interpretado por Zachary Levi, llegó en un mal momento para hacerse de un lugar en este coliseo repleto de superhombres.
Las razones de lo anterior responden a numerosas condiciones: el aparente aburrimiento de una audiencia que, por muchos años, consumió este tipo de cintas heroicas, las fallas argumentales, protagonistas e historias insípidas (o terriblemente rebuscadas), y un larguísimo etcétera. Antes de continuar, debo señalar que “Black Adam” no es una mala película. Simplemente le falta mucho desarrollo técnico – argumental. Eso sí, es bastante entretenida.
La historia nos lleva a Kahndaq, una pretérita cultura oriental gobernada por un tirano que sólo deseaba más y más poder. Para lograrlo, este opresor buscaba una corona que cumpliría sus ambiciones. Fue así como sucumbió ante un dios terriblemente iracundo. Miles de años después, una profesora lo liberaría accidentalmente cuando trataba de recuperar aquella corona mágica. Aquel dios, a quien conoceremos como Teth o Black Adam, buscará entonces un lugar prominente en el mundo actual. Pero las cosas no resultarán tan fáciles como él cree, pues la Sociedad de la Justicia se interpondrá en su camino en más de una ocasión.
En términos generales, la película busca generar un debate sobre la justicia y quién merece impartirla, aunque en mi opinión no lo consigue de forma categórica. El tema sale a relucir tanto como sea posible, pero su desarrollo se pierde en ambigüedades y sinsentidos.
Las secuencias de acción están garantizadas y aunque el humor abunda, resulta aceptable. Lo mejor de “Black Adam” es Pierce Brosnan como Doctor Fate (el diseño del personaje es increíble). Su carisma y sus talentos como actor hacen de su héroe algo realmente memorable. Dwayne demuestra, como siempre, que es mal actor hasta para los diálogos más simplones. Eso sí, me cae bien.
Ideal para pasar una tarde encerrado en casa. Véala en HBO.
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