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sábado, 1 de abril de 2023

Fever


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

En 2002, año en el que llegó “Fever” a Latinoamérica, yo ignoraba totalmente la presencia Kylie Minogue en los escenarios del pop internacional. Fue mi amigo Roberto quien me habló de ella porque, según él, durante su estancia en Francia, un año antes, “Can’t Get You Out Of My Head” sonó y resonó con un contundente poderío. Mi interés en el dato fue mínimo. No obstante, semanas después, mientras visitábamos el Tower Records de Niza, en la Zona Rosa, encontramos una figura de cartón tamaño real. Se trataba de la australiana tal como aparece en la portada del disco del que ya les conté. Quedé realmente impresionado. En ese momento surgió mi entusiasmo por Kylie.

 

Kylie Minogue lanzó numerosos álbumes y sencillos en el Reino Unido y Australia, donde inició su carrera como actriz y cantante en la serie de televisión “Neighbours”, en la que también aparecieron Chris Lowe, Jason Donovan, Chris Hemsworth, Lily Allen y Emma Bunton, entre muchísimos otros. Kylie colaboró con diferentes productores y probó con mucha fortuna diferentes géneros, desde el pop hasta la música dance y electrónica. En 2000, firmó para el sello Parlophone y comenzó a trabajar en “Light Years”, su séptimo álbum de estudio, que fue grandemente elogiado por su sonido pop dance y su sobresaliente producción.

 

Para “Fever”, Kylie Minogue colaboró con los productores británicos Mark Taylor y Brian Rawling, quienes habían trabajado previamente con artistas como Cher, Frankmusik y Britney Spears. La producción acentuó el uso de sintetizadores y diferentes equipos de estudio, lo que generó una sensación de energía y movimiento. El sencillo “Can’t Get You Out Of My Head” siguió la línea de lo que se comercializó con “Light Years”, si bien su trascendencia fue muchísimo mayor.

 

El disco es una sobredosis de electropop de la más alta calidad, con hits instantáneos como “Love at First Sight”, “Come into my World”, “Burning up”, “In your Eyes” y el elogiadísimo “Can’t…”. Más de diez millones de copias vendidas (en su momento) son prueba irrefutable de la gran recepción que le dio el público a la diva australiana.

 

Por otra parte, de las sesiones de grabación se desprendieron algunos temas que formaron parte de ediciones especiales o se usaron como lados b: “Rendezvous at Sunset”, “Tightrope”, “Whenever You Feel Like It”, “Butterfly” y “Boy”.

 

No cabe duda que después de este álbum, la notoriedad de Kylie se fue a las nubes, lo que le permitió consolidarse como uno de los arquetipos más memorables del pop internacional. Toda una joya.

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