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domingo, 8 de octubre de 2023

Flash


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

 

Después de los numerosos filmes sobre superhéroes que aparecieron inicialmente en las historietas, la afirmación de un agotamiento del género a la postre resulta irrefutable, pues el entusiasmo del público y los ingresos en taquilla se derrumbaron con el imparable amontonamiento de películas repletas de clichés, pésimas historias y actuaciones deslucidas.

 

De igual forma, es necesario señalar que fueron las películas del MCU las que generaron un enorme beneficio económico y mediático, deshaciéndose con ello de DC, la distinguible competencia (a pesar de la nada despreciable lista de superhéroes que posee en sus distintos catálogos).

 

Con casi cien años de permanencia en el mercado de las historietas, DC (antes National Allied Publications) nos ha fascinado con relatos que van de lo fantástico a lo hiperrealista, sin omitir el drama, la crítica, el sarcasmo y la denuncia. Son numerosas las historias que nos han regalado artistas del calibre de Frank Miller, Neil Gaiman, George Pérez, Alan Moore, Dan Jurgens, Jim Lee, Alex Ross y Geoff Johns, por mencionar sólo a algunos.

 

Con relación al rubro cinematográfico, debo confesarles que el entusiasmo se esfuma porque, en términos generales, el DC Extended Universe es dolorosamente inconsistente (con la puntual excepción de las películas animadas).

 

Resulta forzoso tener en cuenta que las percepciones sobre el éxito o el fracaso de una franquicia cinematográfica pueden cambiar según las opiniones individuales. Si bien algunos pueden considerar que el DCEU ha tenido dificultades en muchos sentidos, otros pueden tener opiniones diferentes. Dicho esto, aquí hay algunos factores que se han citado como posibles razones para explicar el fracaso del DCEU:

 

El DCEU ha sido objeto de comparaciones constantes con el MCU, que ha tenido un gran éxito tanto en la taquilla como en la crítica. Esta comparación generó altísimas expectativas y, al mismo tiempo, suscitó un considerable escrutinio hacia las películas de DC.

 

En los primeros años del DCEU, hubo cambios en el liderazgo creativo y la falta de una visión clara y coherente para la franquicia. Esto resultó en filmes que no estaban bien conectados entre sí y presentaban tonos y estilos diferentes. Muchos de ellos recibieron críticas mixtas y hubo falta de continuidad narrativa.

 

Algunas de las primeras entregas del DCEU, como “Batman v Superman: Dawn of Justice” y “Suicide Squad”, recibieron críticas mixtas por parte de los críticos y aficionados. Si bien las opiniones de los críticos no siempre determinan el éxito de un filme, éstas pueden influir en la percepción general y en la recaudación en taquilla.

 

El DCEU ha tenido que competir con otras franquicias de superhéroes sumamente exitosas, como el MCU y las últimas entregas de los X Men. Por otra parte, la saturación del mercado de películas de superhéroes pudo mermar el entusiasmo de algunas personas frente al género.

 

Desafortunadamente, numerosas cintas del DCEU han sido impopulares por decisiones creativas, como cambios en la representación de los personajes o desviaciones significativas de la historia y el tono establecidos en los cómics. Estas medidas pudieron desencantar a parte del público objetivo.

 

Fue en este accidentado escenario que llegó “The Flash”, un largometraje que se anunció como el gran emancipador del DCEU, capaz de restituir el interés del público, de generar ingresos millonarios, y de contar buenas historias (como en los cómics). Pero la fatalidad se hizo presente…

 

Desde su aparición en “Batman v Superman: Dawn of Justice” y “Justice League”, Ezra Miller dejó una huella imborrable en el mundo de los superhéroes con su interpretación única y sorprendente de Barry Allen, también conocido como The Flash. Ahora, en su propia película en solitario titulada simplemente “The Flash”, Miller vuelve a llevarnos a un vertiginoso viaje a la velocidad de la luz que es emocionante, entretenido y lleno de sorpresas.

 

Dirigida por el talentoso Andy Muschietti, conocido por su trabajo en las películas de terror “It”, “The Flash” se aleja de la oscuridad y el tono serio de las entregas anteriores del DC y abraza una narrativa más ligera y llena de humor. Esta elección tonal resulta en una cinta que se siente fresca y divertida, sin sacrificar la emoción y la intensidad que esperamos de una aventura de superhéroes.

 

La trama es una montaña rusa de emociones y giros argumentales. Barry Allen se encuentra navegando por el tiempo y el espacio mientras intenta desentrañar los misterios de su pasado y salvar el futuro. En su búsqueda, se encuentra con versiones alternativas de personajes conocidos, interpretados por un talentoso elenco que incluye a Kiersey Clemons como Iris West y a Michael Keaton retomando su papel icónico como Batman. Estas interacciones entre los personajes crean momentos de gran química y dan lugar a algunas de las escenas más memorables de la película.

 

La acción es uno de los puntos fuertes de “The Flash”. Las secuencias de carrera a alta velocidad son visualmente deslumbrantes y capturan perfectamente la sensación de rapidez y adrenalina. Desgraciadamente, no todos los efectos visuales son óptimos, pues algunos de ellos son francamente grotescos o risibles, según se quiera mirar. Estos descuidos no sepultan a la emoción, pero sí restan espectacularidad y realismo. Aun así, Muschietti demuestra su habilidad para crear secuencias de acción emocionantes y coreografiadas con precisión, que mantienen al público al borde de sus asientos en todo momento.

 

El guion equilibra habilidosamente la acción con la exploración de los personajes. A medida que Barry Allen profundiza en su pasado y lucha con las consecuencias de sus decisiones, se nos presenta un héroe con vulnerabilidades y dudas, lo que lo convierte en un personaje más humano y fácil de conectar. Ezra Miller brinda una actuación cautivadora y carismática, que va desde momentos de humor hasta emociones profundas, y demuestra una vez más su habilidad para llevar al público en un viaje emocional.

 

Si bien “The Flash” es una cinta en solitario, también sirve como un homenaje a la rica historia de los cómics de DC y a la cultura pop en general. Los fanáticos encontrarán numerosas referencias y guiños que los harán sonreír y emocionarse. Además, la banda sonora es enérgica y llena de ritmo, complementando perfectamente las escenas de acción y añadiendo una capa adicional de emoción a la película.

 

A pesar de todos los elogios recibidos, “The Flash” se estrelló horrendamente en las salas de cine en todo el mundo. Una lástima o, si se desea hurgar en explicaciones más profundas, una bien ganada consecuencia por tantas disposiciones ejecutivas que simplemente ignoraron el deseo de los consumidores.

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