Por Oscar Fernández Herrera
Casi sin ningún tipo de anuncio, “Padam Padam” nos tomó por
sorpresa gracias a sus infecciosos beats. Después del monumental logro
artístico y comercial de “Disco” – pese a que fue lanzado en plena crisis
sanitaria-, pocos esperaban que Kylie Minogue regresara con tanta autoridad. ¡Y
vaya que lo logró! El sencillo, que flirtea con uno de los himnos más
recordados de la célebre Édith Piaf, es una rola súper bailable, con unos
guiños sensuales tan arrebatadores como insólitos en su ya prolífica
discografía.
La superestrella australiana declaró a los medios que tanto
la pandemia como su ruptura con Paul Solomons, le reclamaron una purificación
para salir adelante. “Tensión” fue entonces el catalizador para esas amargas
emociones. “El estudio puede ser como una terapia”, le confesaría después a la
prensa.
A pesar del edadismo –discriminación por la edad o ageism- que la hostiga y arrincona a un
segundo plano en favor de estrellas más recientes, Minogue decidió obsequiarnos
una colección de rolas synth pop, disco y house, que conscientemente incluyó
guiños a la sonoridad de los ochenta. Su participación como compositora es
notable y laudable, pues en sus letras se descubren madurez y un anónimo
erotismo. En la producción encontramos a Richard “Biff” Stannard, habitual en sus
últimos trabajos, acompañado de Duck Blackwell, Jon Green, Cutfather y Lostboy,
entre otros.
Contrario a la uniformidad de “Golden” y “Disco”, “Tension”
es más un paseo modernizado y remasterizado por cuatro décadas de triunfos
indiscutibles. Lejos de la nostalgia gratuita, las catorce pistas predican
sobre el amor incondicional, los infortunios y las oportunidades que nos da el
presente. Como si se tratara de un ardid, “Padam Padam” llegó a mí como si se
tratara de una descarga de pulsaciones electro pop destinadas a ser el fenómeno
punzante del verano.
Después de tan agradable sensación, me dispuse a esperar el
lanzamiento de “Tension” mientras su lead
single escalaba lento pero seguro en
las listas de popularidad del pop mainstream.
El entusiasmo generalizado del público y la crítica especializada fue bien
recompensado, pues el disco es poderoso y endiabladamente sensual.
“Tension” se escucha muchísimo mejor de un sólo tirón, pues
no todas las canciones mantienen el nivel, aunque sí sostiene el ritmo y la
cohesión. Quizá no se trate de un disco audaz, pero es entretenido y bastante
ameno, con éxitos seguros como “Hold on to now”, “Things we do for love”, “Story”
y “One More Time” (además de los sencillos ya mencionados). Mensión aparte
merece la inclusión de “10 out of 10”, con Oliver Heldens.