Vistas a la página totales

viernes, 4 de octubre de 2024

La Gran Fuga


 

Por Edgar Fernández Herrera

 

Como muchos saben, la música que me define es el rock; sin embargo, más allá de eso, lo que me gusta y aprecio es la música. No todos los géneros, por supuesto, pero sí hay muchos que son de mi interés y gusto, aunque unos se dieron por simple curiosidad, herencia de mis padres o por un afortunado descubrimiento; y esto ultimo pasó justo con el sonido “salsa”. A este ritmo lo conozco desde niño, pues es algo que se escucha en las fiestas, aunque en mi casa no. Por alguna razón, siempre desdeñé a la salsa, ya que la tipificaba como un sonido pobre y de letras aún más sencillas.

 

Debió ser por 2002 o 2003 cuando estaba una tarde en Tepito, con los doscientos pesos de rigor (con eso me alcanzaba para unas docena películas y uno que otro disquito) y me topé con un puesto de discos compactos de donde salía un sonido tropical que me atrapó; de inmediato traté de ubicar aquel tema. Me acerqué al mostrador y pregunté por el disco; el dependiente me contestó: “Panameña”, de Willie Colón. Mi mundo cambió por completo, el roquerito sucumbió ante esa voz y el ritmazo del trombón.

 

“The Big Break”, o “La Gran Fuga”, fue publicado por el sello Fania Records (sello discográfico fundado en Nueva York por el musico dominicano Johnny Pacheco en 1964) y lanzado en 1971. Se trata del sexto trabajo de la Orquesta de Willie Colon junto al gran Hector Lavoe. En lo personal, es la cumbre de sus colaboraciones, aunque siguieron sacando producciones discográficas fabulosas, pero jamás alcanzaron la majestuosidad como en La Gran Fuga.

 

El disco es una gran colección de ritmos afroantillanos y tropicales y hasta de jazz, la influencia de latina es palpable y obvia, pero la presencia jazzera fantasmagórica de Ray Barreto y de Tito Puentes es palpable y eso es la fortaleza del disco, pues provoca una gran riqueza sonora. El gran ejemplo es esa belleza de seis minutos llamada “Panameña”, donde la voz de Lavoe luce a enormidades, además de darle su crédito a la “salsa de Puerto Rico”, llamado ”El Aguinaldo” todo esto acompañado del sonido de dos trombones, pero también hallaremos momentos tiernos y nostálgicos (“Abuelita”).

 

Del mismo modo se pueden poner iracundos y burlones como en “Canción para mi suegra” (vaya manera jocosa de cerrar el disco). Por el contrario, “Ghana E” es una melodía infantil ghanesa, justo como “Che che colé”. A pesar del ritmo alegre del disco, también se da el momento de tristeza con “No cambiaré” a toda intensidad. Para constatar la riqueza musical del disco, “Barrunto” es todo un clásico a ritmo de swing agresivo para bailar de manera desenfrenada. “Pa’ Colombia” es una de mis piezas favoritas por su coqueteo melódico y su declaración amorosa al país sudamericano.

 

La portada, creada por la diseñadora Izzy Sanabria, explota la imagen de malo (hasta de gánster) de Willie Colon al utilizar una plantilla del famosísimo “Wanted by the FBI”, huellas dactilares incluidas. Gran portada.

 

Destaca el dúo Colon/Lavoe, pero la verdad los otros músicos que los acompañan no desmerecen en lo absoluto; creo que el disco es una obra maestra de la música latina y que ha trascendido las fronteras del tiempo y sigue sonando impresionante.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nadie nos va a extrañar

  Por Oscar Fernández Herrera     Con frecuencia leo cómo la gente idealiza las décadas de los años sesenta, setenta e incluso ochenta...