Por Oscar Fernández Herrera
Chappell Roan, cantante y compositora estadounidense, no forzó
la aprobación inmediata de los soberbios empresarios musicales, pues sus
primeras grabaciones fueron cruelmente desestimadas. Esto la obligó a empeñarse
y trabajar con más ganas. “Pink Pony Club”, inspirada por el conocidísimo bar
gay de West Hollywood, California, le cerró una oportunidad con Atlantic
Records, pero germinó a la postre en “The Rise & Fall Of A Midwest Princess”,
su increíble debut.
Con un nostálgico pero enérgico sello synth pop, Chappell Roan emperifolla sus canciones con una estética
drag queen y una sensibilidad estética cargada de una socarronería cuasi
kitsch. Núbil y fresco, “The Rise & Fall…” es un disco que superpone
historias de amor, sexo y autodescubrimiento.
Coescrito y producido por Dan Nigro, “The Rise & Fall
Of A Midwest Princess” es una obra teatral y entretenida, aún en los momentos
de rabia emocional. Destacan la sorprendente “Femininomenon”, con todas sus
tonadas que desafían a la tolerancia, la voyerista “Picture You” y, mi
favorita, “Red Wine Supernova”, que emociona a cualquiera con sus letras
cargadas de erotismo y coros burlonamente pegajosos.
Roan canta con fuerza para que su pop sáfico cale hondo en
el público que disfruta de los cocteles de música disco, country y glamour
noventero. Todo en una misma presentación que, curiosamente, nos recordará a
Katy Perry en más de una rola. ¿Quieren más? “Super Graphic Ultra Modern Girl”
y “My Kink is Karma” son de lo más recomendable.
Un disco queer en
toda la extensión de la palabra. El futuro de Chappell Roan es realmente
brillante si logra capitalizar los atributos de este primer álbum. Escúchelo y
enamórese de él.
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