Vistas a la página totales

domingo, 8 de diciembre de 2024

Tension II


 Por Oscar Fernández Herrera

 

Kylie Minogue es una de las artistas más influyentes de la música pop internacional, con una carrera que abarca más de tres décadas. Su impacto en la escena musical internacional comenzó en la década de los ochenta, cuando saltó a la fama con la telenovela australiana “Neighbors”. Sin embargo, su auténtica consagración llegó en 1987, cuando su sencillo debut musical “The Locomotion” (escrita por Gerry Goffin y Carole King para que la interpretara primero Little Eva) se convirtió en un éxito global. Desde entonces, Kylie se ha establecido como un ícono pop al fusionar elementos de música dance, pop y house con una estética visual y escénica innovadora. A lo largo de su carrera, ha lanzado álbumes icónicos como “Impossible Princess”, “Fever” y “Disco”, y ha mantenido con creces su autoridad e influido en las generaciones posteriores de artistas.

 

Su capacidad para reinventarse constantemente, su presencia en el escenario y su larga trayectoria en la industria hacen de Kylie Minogue una figura indispensable en la historia de la música pop, capaz de conectar con personas de diferentes culturas y épocas. Una de mis favoritas, sin lugar a dudas.

 

Después del trancazo (comercial y artístico) de Tension (álbum que corrió con la misma suerte de “Disco” al lanzarse en distintas versiones), me imaginé que “Tension II” sería un trabajo que, de alguna manera, se integraría con las canciones que quedaron inacabadas o que no lograron quedar en la edición final de su antecesor. Estaba muy equivocado. La segunda parte de Tension brilla con luz propia, lejos de las comparaciones o necias analogías artísticas.

 

“Padam Padam” fue una de las rolas más sonadas del año pasado: seductora, fresca y potente. Todo en menos de tres minutos. Para muchos (críticos y fanáticos), lo natural era que Kylie siguiera con esta aplaudidísima tendencia, pues le refrendaría su estatus como una de las máximas estrellas del pop electrónico. “Lights, Camera Action” reafirmó un poco esta concepción, pues es un tema delirante, sobrio e ideal para conquistar al público una vez más. El tema, curiosamente, sigue la fórmula del tiempo. Escasamente toca los dos minutos y cuarenta segundos.

 

Con “Tension II”, Minogue fusionó la elegancia del pop electrónico con su sello inconfundible de sensualidad y sofisticación para llevar su sonido a nuevas alturas, si bien no es perfecto. El disco ostenta una atmósfera fascinante y madura, marcada por el uso de sintetizadores etéreos y ritmos suaves pero contundentes. Desde el primer momento, queda demostrada la capacidad de Kylie para reinventarse sin perder la esencia que la ha hecho tan querida a lo largo de las décadas. Las letras exploran temas de amor, deseo, autodescubrimiento y, como es habitual en su carrera, la capacidad de hacer que lo personal se convierta en universal.

 

Uno de los aspectos más notables de este disco es la producción musical, que combina elementos de música electrónica, house y synth - pop, con una estética moderna que recuerda a sus trabajos más emblemáticos, pero con un enfoque más experimental. Canciones como “Taboo” y “Someone for Me” destacan por su habilidad para mezclar melancolía con sensualidad.

 

La voz de Kylie sigue siendo tan distintiva como siempre. Su tono suave y accesible contrasta con la energía y la innovación que imprime en la música porque logra un equilibrio perfecto entre la diva del pop y la artista que sigue desafiando las convenciones del género. En temas como “Dance to The Music” y “Edge of Saturday Night”, Minogue demuestra su capacidad para equilibrar la vulnerabilidad con la fortaleza, lo que añade una profundidad emocional a la obra.

 

Aunque algunas canciones podrían percibirse como menos accesibles para los fans más casuales, “Tension II” es un álbum cohesivo que se disfruta más con cada escucha. La producción meticulosa, la rica instrumentación y las letras introspectivas permiten que el disco tenga una vida propia más allá de las pistas de baile. “Midnight Ride”, con Orville Peck y Diplo, es sorprende

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

60 Años de Highway 61 Revisited

  Por Edgar Fernández Herrera     Con el recién estreno de “A Complete Unknown”, de alguna manera Bob Dylan volvió a ser tema de conve...