Por Edgar Fernández Herrera
Este 2025 se cumplen cien años de una de las
joyas de la cinematografía mundial, dirigida por el cineasta ruso Serguéi M.
Eisenstein: “El acorazado Potemkin”.
Basada en hechos reales ocurridos en 1905, la
película narra cómo el poderoso trasatlántico militar, “El acorazado Potemkin”,
regresa después de haber demostrado su letalidad en la guerra entre Rusia y
Japón. Su tripulación, harta de los malos tratos y la escasa comida, está al
borde del motín. Sin embargo, una mañana aparentemente tranquila les sirven
carne en mal estado, lo que provoca la rebelión de los marineros. Este motín da
inicio a la revolución en Odesa y se extiende por todo el territorio ruso,
desafiando tanto a las tropas como a la monarquía zarista. Es un preludio de lo
que sucedería doce años después con el inicio de la Revolución Rusa.
La película está dividida en cinco actos: “Hombres
y gusanos”, “Drama en la cubierta”, “El muerto clama”, “Las escalinatas de
Odesa” (quizás la escena más impresionante e icónica en la historia del cine,
que sigue siendo objeto de estudio y análisis en la actualidad) y “Encuentro
con la escuadra”.
Solicitada por el PCUS (el cine ruso, en ese
entonces soviético, había sido nacionalizado por Lenin), “El Acorazado Potemkin”
es una película netamente propagandística que idealiza los principios de la
Revolución Bolchevique. Debido a esto, en muchos países fue rechazada por el
miedo al comunismo y los ideales "rojos".
Serguéi Mijáilovich Eisenstein, nombre
completo del cineasta, tenía ideales comunistas, pero no era completamente del
agrado del aparato soviético. Se dice que Stalin le toleraba todo porque
siempre consideró el cine como un medio de propaganda, además de ser un gran
cinéfilo.
Por eso, en el centenario de “El acorazado
Potemkin”, vale la pena revisitarla o conocerla, pues es una película única y
determinante en el desarrollo del séptimo arte. Se puede ver en buena calidad y
con subtítulos en español en YouTube.
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