Por Oscar Fernández Herrera
Fatalmente ignorantes o despreciablemente conscientes; la
infidelidad es un hecho que nos lastima a todos. Con ella no hay ganadores. Al
final, la verdad caerá, puntual, para mostrarse tal como es: sin ataduras ni
simulaciones.
Me topé accidentalmente con “In From The Side” (“A Su Lado”)
y no contradeciré su hechura; de hecho, es un filme espléndidamente realizado,
con todos los claroscuros que ocurren en un adúltero romance gay.
Mark y Warren -interpretados por Alexander Lincoln y Alexander
King- son jugadores de un modesto club de rugby que, después de un intercambio
de miradas y beber algunos tragos, mantendrán un encuentro fortuito en uno de
los baños del bar donde ellos, y el resto del equipo, festejaban el primer desafío
de la temporada. Más tarde, el deseo los encaminará al departamento de Mark
para fornicar hasta el amanecer.
De golpe, nuestros protagonistas cederán a sus pasiones para
entablar una silenciosa relación porque, desafortunadamente, ambos tienen a una
pareja que desconoce lo que está sucediendo entre ellos.
En “A Su Lado” los sentimientos se retratan con gran
realismo, con los desperfectos y estancamientos que, por supuesto, resultarán
en ese amor clandestino; esos que seguramente hemos padecido cuando una
relación amorosa ya no da para más. Las escenas que se desarrollan en el campo
de rugby son un plus, ya que añaden una sensación de disfuncionalidad que fortalece
aún más el melodrama que enfrentan nuestros protagonistas. Los South London
Stags, un equipo que lucha por un lugar prominente en la liga, son más que un
simple escenario para contarnos esta trágica historia.
Una de las cosas que más disfruté de esta película es la
falta de los horribles clichés homosexuales relacionados con el juego físico.
Aquí atestiguamos el carácter y la resolución de un grupo de deportistas
abiertamente gays para destacarse y triunfar en su confederación. No encontramos
al arquetipo de un hombre enclenque, femenino y torpe para el deporte que tanto
nos pregona el cine mexicano.
Quizá le falta más profundidad a este tema de las
traiciones y la lealtad, por lo que “In From The Side” se alarga un poco
porque, al mismo tiempo, las relaciones con los enamorados “oficiales” y los
otros compañeros de equipo (como Henry, el amigo alcohólico de Mark, y el socarrón
Pinky) pasan a segundo plano en los momentos de mayor angustia e incertidumbre.
Demandaban un mejor desarrollo dentro de la narración.
La calidez entre los personajes tampoco es categórica a
pesar de su necesidad mutua. Las razones que nos da Matt Carter, director y
guionista, resultan insuficientes para que terminemos de simpatizar con ese amorío
repleto, eso sí, de circunstancias eróticas.
Un relato de besos robados y encuentros ilícitos que bien
pudo tener un mayor impacto debido a su naturaleza. Recomendable pese a sus
tropiezos.
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