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sábado, 6 de diciembre de 2025

Big Mama Thornton

Por Edgar Fernández Herrera

 

 

 

Una de las grandes artistas del blues, con una voz que rugía, gemía y susurraba, fue el enlace entre las grandes cantantes de blues de las décadas de los 20 y 30 con las voces de los 60. Hablemos de una mujer extraordinaria: nos referimos a la gran Big Mama Thornton.

 

Nacida en Montgomery, Alabama, un 11 de diciembre de 1926 bajo el nombre de Willie Mae Thornton, su padre fue predicador y su madre cantaba en la iglesia. Es con ellos que tuvo su primer contacto con la música por formar parte de la vida religiosa, pero el gospel nunca la apasionó, sino el blues.

 

A los catorce años abandonó el hogar familiar al unirse a la banda de Sammy Green, pero en 1948 se estableció en Houston. En este periodo es donde aprende a cantar y a tocar la armónica de manera autodidacta; en 1950, con los Harlem Stars, hizo su primera grabación y Mama Thornton fue la voz principal.

 

1951 es el año crucial para la oriunda de Alabama: firma un contrato con el legendario sello discográfico Peacock Records. En Houston se relaciona con grandes bluseros que la influirían enormemente, como Junior Parker, Lightnin’ Hopkins y Clarence “Gatemouth” Brown.

 

En 1952, dos jóvenes judíos desconocidos le entregan una canción para grabar: “Hound Dog”, un bluesazo de doce compases. Aquellos chicos eran Jerry Leiber y Mike Stoller; ambos tenían 19 años y escribieron la melodía especialmente para ella. “Hound Dog” cuenta la historia de una mujer que corre a un vividor de su casa y de su vida. No solo es una de las grandes canciones de Big Mama, es una de las inmortales del blues. Años después, un chico blanco haría su propia versión, de una manera —diría yo— machista y hasta racista. Elvis Presley la llevaría al número uno de las listas, un éxito que se le negó a Big Mama Thornton, pese a que su versión es infinitamente más poderosa que la blandengue interpretación del oriundo de Tupelo, Misisipi.

 

Desgraciadamente, jamás disfrutó las mieles del éxito, aunque a finales de los 60 y principios de los 70 tuvo grabaciones que le dieron cierta notoriedad. También ayudó que otra texana hiciera un cover de una de sus canciones: “Ball and Chain”, que Janis Joplin interpretó de manera sensacional e histórica.

 

En los 70 luchaba con sus adicciones y, en 1983, sobrevivió a un accidente automovilístico. Desgraciadamente, Thornton murió de un ataque al corazón el 25 de julio de 1984, a los 57 años de edad. Sus restos se encuentran en el Cementerio Inglewood Park, en Los Ángeles, California.



 

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