Por Edgar Fernández Herrera
El pasado fin de semana pude ver la tan esperada y anunciada “Black Widow”, la espía y asesina rusa interpretada por Scarlett Johansson. No soy un gran fan de Marvel, pues muchas de sus películas me parecen muy malas, aunque reconozco que cumplen con el objetivo de entretener y eso sí lo he apreciado. Tampoco evalúo si son buenos o grandes actores, creo que muchos son elegidos por trayectoria, porque hay algunos ejemplos de actores dentro del universo Marvel que en verdad son muy malos, pero funcionaron en este tipo de filmes y veo difícilmente que destaquen en otra cosa.
En el caso de Scarlett Johansson, debo decir que además de ser una mujer muy atractiva, siempre me ha parecido una gran actriz desde que pude verla en Lost In Translation (2003). Su trabajo de doblaje en Bob Esponja: la película (2004), Match Point (2005), Her (2013) y -más reciente- Historia de un matrimonio (2019) son grandes trabajos. Su faceta como cantante es bastante desechable, pero con todo esto creo que no se merecía una película así. Ella merecía más, el papel de la Viuda Negra, desde su aparición, ha funcionado porque -seamos sinceros- sólo los más clavados en los comics sabían de la existencia de este personaje, uno no muy atractivo, si bien la señorita Johansson pesa mucho en el éxito de este personaje.
La película es fría, sin sustancia; los guionistas, me parece, sólo “tomaron prestadas” las secuencias de acción de “Jason Bourne” y la trama de “Gorrion Rojo”. Insisto: es una pena que Scarlett no haya recibido una película en solitario y que le haga justicia a su personaje. La película está muy lejos de ser un origen, aunque sí lo recorre, más bien se centra en los acontecimientos posteriores a Civil War y previo a la llegada de Thanos.
La trama es sencilla: tras abandonar SHIELD luego de “Captain America: Civil War” (2016), Nat (Scarlett Johansson) busca un lugar para mantenerse a salvo mientras el general Thunderbolt Ross (John Hurt) la persigue por atentar contra los Acuerdos de Sokovia. Ella recibe de su hermana Yelena (Florence Pugh) una sustancia roja y misteriosa; objeto buscado por el implacable Taskmaster, enmascarado capaz de imitar los movimientos de cualquier guerrero.
Hay que destacar la actuación de Florence Pugh como Yelena, cuyo cantado ingreso a los Vengadores promete traer no sólo humor (es un personaje muy luminoso), sino una fuerza que ya habría querido Scarlett Johansson le dieran a su personaje desde el día uno; de hecho, más allá de una despedida digna a Natasha Romanoof, parece más una película de bienvenida e introducción a la saga a la Viuda Blanca.
Lo que sí hay que destacar como muy malo es al actor David Harbour en el papel de Alexei. Es simple y sencillamente malo, muy malo. Su papel es muy idiota y patético. Él es un actor muy mediocre; simplemente están aprovechando su fama en la serie “Stranger Things”, que tampoco es un trabajo digno, pero que le ha servido para ganarse la simpatía del público. Lo único aplaudible de este tipo es que se casó el año pasado con Lily Allen. Sólo por eso merece mis respetos.
Vean la película para matar el tiempo en un aburrido domingo, pero si no llegan a verla, despreocúpense, la verdad es que no vale la pena.
Pobre Scarlett, merecía algo más…
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