Por Oscar Fernández Herrera
Conocida por sus aportaciones al trip hop, Massive Attack es una banda originaria de Bristol, Inglaterra, que ha experimentado con múltiples elementos del soul, jazz y dub para crear atmósferas electrónicas obscuras e hipnóticas. Curiosamente, su trabajo siempre se diferenció por su sonido impenetrable, sin que ello le impidiera el aplauso de millones de seguidores en todo el mundo.
“Mezzanine”, publicado en 1998, presume el sorprendente cierre de una trilogía sonora que el grupo no pudo superar en trabajos posteriores. En éste, tropezamos con una selección de melodías bañadas en nocturnidad, desesperación y seducción. Recordemos que el primer acercamiento que de él tuvimos fue “Dissolved Girl” en “Matrix”, ajustándose perfectamente a la atmósfera del célebre filme.
Como si se tratara de un trabajo hecho para disfrutarse en rincones sombríos, cada muestra de él es un entramado de pesadillas y giros paranoicos, seduciéndonos con cada minuto que transcurre. “Mezzanine” es, como muchos críticos sugirieron en su momento, un desplazamiento entre lo onírico y lo incierto. Las aportaciones vocales de Horace Andy y Liz Fraser (de Cocteau Twins) robustecieron una obra ya instalada en la majestuosidad.
No obstante, este álbum pudo significar el final de la banda debido a lo angustioso de su naturaleza. Las diferencias se hicieron presentes de principio a fin, aunque llegaron un punto de quiebre cuando Vowles y sus compañeros discutieron sobre la elección de la vocalista para el sencillo “Teardrop” (que supuestamente quedaría en poder de Madonna). No se trató de un asunto menor, pues este fue el sencillo más célebre del disco al identificar la serie “Dr. House” por más de ocho años seguidos.
Pese los denominadores que el álbum pudiera tener, resulta asombroso su posicionamiento en las listas de popularidad. Todos en aquella época sucumbimos a su encanto de alguna u otra manera, pues algunas de sus canciones lograron reconocimiento mediático tanto en la radio como en el cine y la televisión.
Resulta particularmente difícil señalar sólo algunas pistas, pues “Mezzanine” necesita escucharse íntegramente para disfrutarlo. Con todo, “Angel”, “Teardrop”, “Inertia Creeps”, “Dissolved Girl”, “Man Next Door” y “Black Milk” son las canciones que se recomiendan por unanimidad.
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