Por Oscar Fernández Herrera
Personalmente, considero que “Impossible Princess” (1998) es el álbum que definió la autenticidad y la originalidad de Kylie Minogue. Antes de él, por supuesto, hubo muestras de su sorprendente talento (“I should be so lucky”, “Je ne sais pas pourquoi”, “Better the devil you know”, “Give me just a little more time” y “Confide in me” son sólo un puñado que lo comprueba); no obstante, “Impossible…” concentra los diferentes atributos que, desde entonces, han acompañado a la australiana: maestría, accesibilidad y madurez.
Lo primero que resalta es la participación de Kylie en los procesos de composición y producción (algo que nunca antes había hecho). Durante casi dos años, la cantante exploró diferentes formas líricas para expresarse. Respaldada por su pareja de aquel entonces, el fotógrafo francés Stéphane Sednaoui, Minogue se familiarizó con las canciones de Björk, Towa Tei y U2. Estos descubrimientos influyeron en el resultado final, pero debe enfatizarse que éste es un álbum completamente personal. Esa es su gran cualidad.
Enérgico y menos juguetón, “Impossible Princess” logró críticas desiguales y sus seguidores se mostraron divididos ante lo que escuchaban. Sin embargo, el tiempo le ha concedido un lugar distinguido en panorama del pop más fino, comparable con el “Ray of light”, de Madonna.
El desmedido número de estilos musicales que contiene el disco es asombroso, pues éstos cohabitan, se agrupan y fortalecen con cada minuto que transcurre, permitiéndonos un disfrute que repetiremos una y otra vez. Desde la inicial “Too far” hasta el soberbio final que es “Dreams”, transitamos de un género a otro con mucha naturalidad.
Los sonidos gaélicos en “Cowboy style” son, en una palabra, ¡estupendos! Rápidamente los fanáticos la adoptaron como una de las favoritas del álbum. “Some kind of bliss”, el primer sencillo que se lanzó, contó con la participación de los Manic Street Preachers y aunque no consiguió notoriedad en términos de popularidad, fue una demostración más de la nueva conciencia artística de Kylie Minogue.
“Did it again” nos muestra a una mujer consciente de sus fragilidades y decidida a renacer triunfante. “Drunk” sigue esa línea. Por otra parte, “Breathe” es un britpop encantador, casi hipnótico. Con una sonoridad electrónica de primerísimo orden. Fue uno de los sencillos más exitosos de “Impossible…”
“Through the years” recupera un poco de “Venus as a boy”, de la islandesa Björk. Opino, con toda honestidad, que es una súper canción, totalmente experimental y lastimosa: Mi cuerpo era poroso / Saboreé cada gota de ti.
Desgraciadamente, las críticas fueron infundadamente crueles en su momento, pues los periodistas de espectáculos demandaban rolas más prefabricadas mientras dudaban de la legitimidad del disco. Al mismo tiempo, la trágica muerte de la princesa Diana de Gales forzó el renombramiento del disco por varios años, lo que le restó posibilidades para triunfar de manera instantánea.
Al final las cosas ocuparon el lugar que les corresponde y, de esta suerte, “Impossible Princess” fue valorado como la obra maestra que es.
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