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domingo, 30 de octubre de 2022
Jerry Lee Lewis
Por Edgar Fernández Herrera
El mundo de la música se despide de otra leyenda. El 28 de octubre se confirmó el fallecimiento del legendario Jerry Lee Lewis a los 87 años de edad.
Jerry Lee Lewis nació el 29 de 1935 de Ferriday, Luisiana, y desde muy temprana edad demostró inclinación por la música. Sus padres hipotecaron su finca con el propósito de comprarle un piano, esto luego de que él mismo mostrara sus aptitudes como músico.
Después de ir y un venir por bares de mala muerte, demostrando su talento, llegó como músico de sesión a los legendarios “Sun Records”, comandados por Sam Phillips, quien vio talento en el joven Lee Lewis. Entre 1957 y 1958 publicó unos sencillos altamente exitosos: “Whole Lotta Shakin’ Goin’ On”, “Breathless” “High Scholl Confidential” y, la que es considerada su canción más emblemática, “Great Balls Of Fire”.
Fue durante una gira por Inglaterra cuando se descubrió que el artista estaba casado con una de sus primas de tan solo 13 años; ahí vino el derrumbe de su carrera, pues fue vetado de la radio y televisión. Lee Lewis sufrió en su popularidad; sin embargo, su legado fue valorado y reconocido por una generación de jóvenes ingleses que no dejó que se apagara su aura de pionero del rock and roll.
Cuenta una leyenda que en 1970 uno de esos jóvenes ingleses, al verlo y encontrarse con él personalmente, corrió hacia Jerry Lee Lewis para arrodillarse y besarle los pies; después le expresó “Tú eres el hombre que hizo posible que yo fuera una estrella del rocanrol”. Se trataba de John Lennon.
Buen viaje, “The Killer”: descansa en paz; posiblemente ya estás aporreando un piano, amenizando el cielo o los infiernos.
Cine de Terror
Por Edgar Fernández Herrera
Se aproximan las festividades de Día de Muertos y en el país vecino, el famoso Halloween. Por ello, haremos una pequeña lista de cintas de terror para ver en estos días.
1.- Halloween (1978). La obra de arte de John Carpenter. Con esta cinta, el director inauguró el subgénero slasher, con un Michael Myers sanguinario y que se encuentra desde hace cuarenta años en el imaginario popular.
2.- Psycho (1960). Lo que parece una historia de engaños y estafas termina siendo la estancia en un motel más inquietante en la historia del cine, cortesía del gran Alfred Hitchcock.
3.- The Texas Chainsaw Massacre (1974). La década de los 70’s fue el momento del cine de terror, y para muestra está la “La Matanza de Texas”, de Tobe Hooper. Se trata de una ópera prima valiente, salvaje y horripilante con la que Hooper marcó nuevos caminos que seguir en el género. Por encima de su eterno Cara de Cuero quedan los desgarradores gritos de la encantadora final girl, interpretada por Marilyn Burns, y un estilo formal único, con una cámara casi documental y un acertado —y espectacular— uso del 16mm más sucio.
4.- Scream (1996). Tuvieron que pasar muchos años para que el género volviera a dominar las pantallas. Apareció Wes Craven para revitalizarlo por completo: un asesino le da el gusto por cazar unos cuantos adolescentes; una verdadera joya.
5.- The Exorcist (1973). La joya de la corona, la mejor película del género de todos los tiempos. En pleno 2022, ninguna producción la ha podido superar. Esta maravilla firmada por William Friedkin continúa siendo tan escalofriante como el primer día gracias a su impoluta dirección, a un diseño de sonido espeluznante y, por supuesto, a una precoz Linda Blair inmensa en su papel de Regan McNeal. Un auténtico hito rodeado por un extraño halo profano que asfixia por igual a todo tipo de espectadores independientemente de sus creencias.
Faltan muchas, por supuesto, pero agregaría El Conjuro, Hereditary (2018), REC (2007) y clásicos como Evil Dead (1981), Suspiria (1977), Nosferatu (1922), Night of the Living Dead (1968) y M, el vampiro de Düsseldorf (1931).
¿Cuáles más apuntarían?
Cured
Por Edgar Fernández Herrera
Hace unas semanas terminé de leer el libro “Cured - The Tale Of Two Imaginary Boys” (Ed. Malpaso, 2018), de Lol Tolhurst, que como se sabe es miembro fundador de la banda The Cure (a los que abandonó en 1989).
Hay que decirlo, no es una biografía, con datos relevantes del autor, de la banda, etc., es mas bien un compendio de anécdotas y recuerdos, una historia de amistad, perdidas y la lucha de Lol contra el demonio del alcohol.
Es una lectura muy amena, por lo que no es necesario ser un fan de The Cure para disfrutar el libro, el cual comienza con dos niños que viven en Crawley y se convierten en grandes amigos gracias a su amor por la música, lo cual se cristaliza con la formación de Easy Cure para mutar a The Cure y convertirse en una de las bandas mas influyentes de la historia.
Lol nos narra el infierno vivido por culpa de su adicción, lo cual arruinó su vida personal y laboral; en este último rubro, la expulsión de The Cure y el juicio posterior contra Robert Smith. Al final, para alcanzar la sanación, Tolhurst inicia un viaje por el Valle de la Muerte en California, en donde reflexionará todo lo que ha pasado y pasar a la siguiente página y llegar finalmente a la reconciliación con Robert Smith.
Un libro altamente recomendable y disfrutable.
sábado, 15 de octubre de 2022
Fossora
Por Oscar Fernández Herrera
Después de “Utopia”, un álbum situado en los aires gracias a las delicadas resonancias de la flauta, Björk decidió descansar sus pies en suelo firme y echar raíces con “Fossora”, una feminización del término “cavador” en latín. Este es un trabajo con el que la artista conquistó distintos propósitos: despedir a su madre (quien falleció hace poco), otorgar libertad a sus hijos (a través del amor, el arraigo y la familia) y dar voz a la naturaleza, todo en el contexto de un mundo subterráneo de hongos y setas que germinan gracias a la calidez de la música.
Producido por Björk y grabado por Bergur Thorisson, “Fossora” no es un típico álbum pop, aunque en él podemos encontrar guiños a géneros como el urbano (“Atopos” es la muestra de ello) y a ritmos menos tópicos. Clarinetes, beats alucinantes, coros y trombones son el sostén musical del disco. Como ha sucedido en otros trabajos de la islandesa, sólo ella conoce los rumbos de este último episodio de su larga trayectoria.
Destacan, por supuesto, las aportaciones sonoras del sexteto Murmurí y del dueto Gabber Modus Operandi; no obstante, la voz de Björk se escucha sin prohibiciones, más honesta y espontánea. Con ella, no resulta imposible conectarse con el ser amado o cimentar otra relación.
Sin lugar a dudas, “Fossora” posee múltiples dimensiones: sentimental, prodigioso y contradictorio, difícil de clasificar después de escucharlo por primera vez. Algunas pistas recuerdan vagamente lo que disfrutamos en “Volta”; no obstante, todo es inédito para nuestra intérprete islandesa, quien se muestra totalmente fortalecida por todo lo aprendido después de un mundo permanentemente alterado por la pandemia y sus muchas consecuencias.
A ratos meditabunda, a ratos bulliciosa, en “Atopos” nos pregunta “¿No son estas sólo excusas / para que no nos conectemos?”. Gran track inicial en el que no tiene miedo para denunciar las divisiones situacionales del mundo “moderno”. Es el gancho perfecto para los fanáticos que, de alguna manera, añoraban un poco el sonido que germina poco a poco en una maquinación discordante de clarinetes y ritmos martilladores francamente asombrosos.
“Ovule” resuena ligeramente a “Cocoon” con sus ligeras metáforas a la menstruación, pero progresa a tal grado que termina personificando al mismísimo internet.
Con “Sorrowful soil” y “Ancestress” son dos momentos contemplativos, pues en ellos escuchamos el lado más obscuro de la maternidad y el elogio que Björk compuso para su madre (aquí participa Sindri, su primogénito). La teatralidad de ambos temas es un elemento para destacar.
En general, “Fossora” es un disco fluido, con estructuras desiguales, pero siempre placenteras. Bríndele una oportunidad y se sorprenderá.
sábado, 8 de octubre de 2022
Dahmer
Por Oscar Fernández Herrera
“Dahmer”, el último éxito de Netflix, es una serie perturbadora debido a la excesiva brutalidad de Jeffrey Dahmer, su protagonista. Se trata del sanguinario relato de un hombre blanco que torturó, violentó y asesinó a diecisiete hombres negros y mestizos residentes de Milwaukee. Múltiples factores sobresalen desde el primer capítulo que justificarían, de alguna forma, la impunidad de Jeff: su condición étnica, el desinterés y la indolencia de las autoridades policiales, y la dolorosa homofobia que oprimía a los miembros de la comunidad de aquella época.
De la misma manera, es necesario señalar que “Dahmer” se centra más en el sufrimiento de las víctimas y sus familias, ofreciéndonos una representación distinta a la tradicional mirada del asesino, impidiendo así una desagradable glorificación de los hechos. El primer episodio es una numeración de instantes tan aterradores que nos dejan con una sensación tan triste que es imposible no “vivir” con esa angustia por un buen rato.
Sí, Evan Peters merece todo el reconocimiento por su interpretación como Jeffrey Dahmer. Él mismo señaló que sólo deseaba que su papel no torciera el hecho de que se trataba de la historia de un hombre que actuó con tanta crueldad que no puede aplaudírsele nunca. Lo consiguió.
La dirección de Ryan Murphy es acertadísima, pues nos brindó una historia real, cruda e incómoda. Con cada circunstancia narrada, nos ofrece trocitos de una mente tan fracturada que nos damos cuenta cómo la simple paternidad no garantiza hijos sanos y felices.
Las actuaciones de Richard Jenkins, como el padre, y Niecy Nash, como Glenda, la vecina que sospechó de Dahmer desde un principio, son simplemente asombrosas. Dignas de reconocerse. La escena donde Jeff le pide (en repetidas ocasiones) que se coma el sándwich es realmente estresante.
Si usted, apreciable lector, quiere darle una oportunidad a esta serie, es importante recordarle que ésta es un remolino de sentimientos tan contradictorios que, al final, sólo quedará el silencio como único testigo de semejantes crímenes.
Los “Cridens” triunfan en el Royal Albert Hall
Por Edgar Fernández Herrera
Hace unos días Netflix estrenó el documental “Travelin´ Band: Creedence Clearwater Revival al the Royal Albert Hall”, registro audiovisual del recital que la banda dio en la famosa sala londinense hace 52 años, el 14 de abril de 1970.
La cinta está narrada por el gran actor Jeff Bridges (¿quién más podría ser?) e incluye flashbacks de la formación del grupo, momentos estelares de su gira europea que culminaría en Inglaterra, así como presentaciones televisivas pasando por su actuación en el legendario Woodstock.
El punto culminante de la película es la actuación que el cuarteto californiano ofreció en el mítico Royal Albert Hall. Los de Cerrito California venían con una serie de singles y un par de discos soberbios y todos ellos llegaron a los primeros lugares de las listas de popularidad; gran parte del mundo consideraba a Creedence como la mejor banda del planeta, superiores a The Beatles. Si no lo creen, habría que preguntarles a esas personas que escuchaban religiosamente “la hora de los Cridens” en Radio Capital para constatar esto.
Fuera cierto o no, CCR fue una banda espectacular, formada en Cerrito, condado de Contra Costa, California, por John Fogerty, Tom Fogerty, Stu Cook y Doug Clifford. Con un inicio un poco difícil, lograron ser firmados por Fantasy Records y con la grabación de su primer sencillo, una versión muy psicodélica de Susie Q, empezaron a labrar su camino al estrellato.
Sencillos increíbles como “Proud Mary”, ¨Fortunate Son”, “Lodi”, Down on the Corner”, entre otros, lograron los aplausos y el reconocimiento mundial; es en este marco que el cuarteto se embarca en su primera gira europea que acabaría en Inglaterra, en un Royal Albert Hall agotado. Con unas buenas imágenes, (considerando que estuvieron enlatadas mas de cincuenta años) y con una remasterización de sonido soberbia, trabajo llevado a cabo por Giles Martin, la banda inicia con una poderosísima y rocanrolera versión de Travelin´ Band, para seguir con los éxitos “Born on the Bayou”, “Fortunate Son”, “Bad Moon Rising”, “Proud Mary”, y una versión increíble del clásico de Ray Charles “The night time is the right time”, además de una versión de “Good Golly Miss Molly”, original de Little Richard.
El concierto termina con una interpretación de “keep on Chooglin´”; John no solamente se luce con la voz, sino que también con su guitarra y con un solo de armónica asombroso. Aquí Fogerty le informa a la gente que esta será la última canción (hay que destacar que durante la presentación la banda tiene nula interacción con la audiencia) y les pide que canten y bailen con ellos. De la primera fila destaca una chica que se levanta a bailar de manera frenética al ritmo de la canción; si hubiera estado ahí, es muy probable que no le hubiera quitado los ojos de encima, es una escena hipnótica.
Creedence Clearwater Revival, con esta actuación mítica, ha demostrado que son mejores que The Beatles y no tengo porque discutirlo con nadie.
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