Por Edgar Fernández Herrera
El sábado me lancé al cine a ver "A
Complete Unknown", la biopic de Bob Dylan, dirigida por James Mangold y
protagonizada por Timothée Chalamet.
Aclaremos algo, lo cual agradezco mucho: la
película no es la clásica biopic tradicional, ya saben, esa que nos cuenta
dónde nació, sus influencias y, sobre todo, lo retrata como un santo. Dylan es
un genio, un artista soberbio en toda la extensión de la palabra, pero jamás ha
sido una persona simpática o amable. Y en la película, lejos de tratar esos
temas, se acerca más a un estudio del personaje, lo que la hace mucho más
interesante.
El filme abarca probablemente los años más
emocionantes y hasta tumultuosos de Dylan: su llegada y conquista de Nueva
York, el convertirse en el vocero de una generación y ser el trovador por
excelencia, hasta su transformación en el dandy del rock, cuando Dylan se
olvida de su guitarra acústica y toma una eléctrica. Otro añadido en la
película es la difícil relación de Dylan con sus colegas de profesión e,
incluso, con las mujeres que lo acompañaron en ese tiempo.
Chalamet hace una gran interpretación de
Dylan, pero en general me gustaron todas las actuaciones. Aparte del protagonista,
destacaría a Edward Norton, interpretando a Pete Seeger, y a Mónica Barbaro en
su papel de Joan Baez; se ve preciosa y canta de manera hermosa.
La cinta está basada en la novela de Elijah
Wald "Dylan Goes Electric!".
Independientemente de si te gusta o no, o si
incluso no conoces la obra de Dylan, no importa en lo absoluto. Como decía
líneas atrás, la película es casi un estudio del artista que no se conforma con
los aplausos y los reconocimientos. Dylan tiene la intención de provocar un
cambio y revolucionar el arte y la sociedad en general, y vaya que lo logró. No
se durmió en sus laureles; hizo mucho más. No en balde, el mismísimo George
Harrison, en 1988, para la revista Guitar, mencionó: "Dylan fue quien se
comió el pastel en los sesentas."
Como cualquier biopic de cualquier artista,
se permiten ciertas licencias que muchas veces son falsas y/o exageradas. No
quiero parecer el Fan from Hell de Bob Dylan, pero en la escena final, durante
su polémica actuación de Dylan en el Festival de Newport en 1965, dentro de los
abucheos al artista por haberse presentado en un formato eléctrico, algo
prohibido en dicho festival, se muestra a una mujer gritándole
"Judas". Vamos a hacer una corrección y que quede como curiosidad: el
famoso grito lo lanzó una persona llamada Keith Butler. La legendaria
confrontación de Dylan con este seguidor ocurrió en el Free Trade Hall de
Mánchester, el 17 de marzo de 1966. Tras el grito, Dylan respondió al público
diciendo: “I don't believe you, you are a liar” (en español: “No te creo, eres
un mentiroso”), y gritó fuera de micrófono a la banda: “Play it fucking loud”
(en español: “Toquen jodidamente alto”), y es así como interpretan la última
canción del concierto: “Like a Rolling Stone”.
Gran película,
recomendable para ir al cine.
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