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domingo, 8 de diciembre de 2024

Rane Supreme


 

Por Oscar Fernández Herrera

 

 

Mina Mazzini es una gran intérprete italiana, probablemente la mejor, con una carrera artística tan profusa que ha dejado una huella imborrable en la música pop contemporánea. Su talento único y su pasión por el canto son, sin lugar a dudas, su mayor particularidad. Desde su infancia, mostró un interés innato por el arte sonoro, así que dedicó horas interminables a su práctica y perfeccionamiento. Sus primeros pasos en la industria musical comenzaron en la década de los cincuenta, con sencillos que le facilitaron una destacada posición en Italia. Su voz resonante y su presencia magnética cautivaron al público de inmediato, catapultándola a un éxito internacional sin precedentes.

 

Sus primeros álbumes triunfaron en muchísimos países como España, Alemania, Francia, Argentina y Brasil. Del mismo modo, antes de su retiro público, cantó en numerosos festivales donde su talento y carisma lograron la atención de las multitudes. Su estilo único y su poderoso canto la distinguieron como una figura emblemática y le valieron numerosos premios y reconocimientos a lo largo de una trayectoria que suma más de seis décadas y contando.

 

A pesar de su meteórico ascenso, Mina se concedió un descanso en 1978, que la apartó de los escenarios y la vida pública. Sin embargo, su amor por la música no desapareció porque siguió grabando incluso discos dobles (concepto que inició cinco años antes con “Frutta e Verdura” y “Amanti di Valore”) hasta la publicación de los dos volúmenes de “Pappa di Latte” en 1995. Después regresó a la cuota de un disco por año que se mantiene vigente hasta hoy.

 

El binomio “Rane Supreme” (“Ranas Supremas”) es, probablemente, uno de mis favoritos junto con “Attila”, “Catene”, “Salomè” y “Singolare/Plurale” gracias a su sutil y diligente selección de temas, una mezcla de inéditos y reinterpretaciones de los clásicos del pop más urgente y popular del momento. En él encontramos temas de George Michael (“Careless Whispers”), The Stylistics (“You make feel brand new”), Stevie Wonder (“My Cherie Amour”), y Elton John (“Sorry seems to be the hardest word”). Al álbum lo completan temazos escritos y musicalizados por Lucio Battisti, Valentino Alfano y Massimiliano Pani, entre muchos otros.

 

“Rane Supreme” representa, junta a “Attila”, uno de los intentos más punzantes de Mina para demostrar su irrefutable legitimidad en el panorama de la música italiana. Detrás quedan las obras relacionadas con un espacio temporal preciso (“Si, Buana”, de 1986, es un claro ejemplo de ello) para contrapuntear selecciones completamente personales y hacerlas suyas a su manera. La palpitante “Nessun Dolore” es, para mí, uno de los momentos más altos del primer volumen. ¡Sencillamente electrizante!

 

“Gloria”, un notable éxito del cancionero italiano compuesto por René y Misselvia décadas antes, es una delicadísima balada que no mengua el goce. Otro aspecto que puedo resaltar es el toque latino en “Luna Lunera”. Fuerte, carnal y apasionada.

 

El segundo volumen brilla por la altísima calidad de sus canciones. Massimiliano Pani crea pequeñas joyas como “Proprio come sei”, “Serpenti” y “Certo su di me”. “Mappamondo”, con su dulce toque ochentero, es mi favorita. Con un ligero y enérgico toque de Bossa Nova, “Per avere te” es una canción de altísimos vuelos. El disco cierra con “Legittime Curiosità”, un puntual reclamo lleno de celos: “Con quale gente stai? Cosa diavolo fai e che t'inventi? Chi c'è vicino a te, indipendentemente da me?” (“¿Con qué personas estás? ¿Qué diablos estás haciendo y qué estás inventando? ¿Quién está a tu lado, independientemente de mí?”). ¡Potente!

 

El nombre del álbum es una italianización de una vieja publicidad de los productos “Ran”, que venían acompañados de la expresión “¡supremos!”. La portada, por otro lado, es todo un manifiesto que muestra el rostro de Mina sobre el fornido cuerpo de Filippo Confalonieri, un estudiante de veintiún años descubierto en un gimnasio milanés. Las imágenes, aún vigentes después de casi treinta años, son una muestra de la creatividad e ironía de su protagonista.

 

Más allá de los reconocimientos y las ventas que consiguió, “Rane Supreme” es un disco que debe escucharse sí o sí.

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