Por Edgar Fernández Herrera
Con el recién estreno de “A Complete Unknown”, de alguna
manera Bob Dylan volvió a ser tema de conversación, aunque, en realidad, creo
que jamás ha estado ausente dentro del panorama. Con una discografía muy amplia
que data de 1962, tiene piezas clave dentro del mundo de la música. Hoy, en
Escombros Cósmicos, hablaremos de una obra maestra que este año cumple 60 años:
“Highway 61 Revisited”.
Publicado en 1965, fue todo un parteaguas en la música del
siglo XX y, particularmente, en la carrera de Dylan. En este LP, el artista se
despoja totalmente de su imagen de pequeño Woody Guthrie y el vocero de una
generación de folk, porque Dylan jamás ha dejado de ser un ícono y un vocero de
varias generaciones, y se transforma en el dandy del rock, dejando la guitarra
acústica por una eléctrica. Fue la consolidación del rock y vaya manera de
hacerlo, con un disco perfecto. Para muchos, es la obra cumbre del oriundo de
Minnesota, aunque para un servidor, prefiero “Blonde on Blonde”, pero esa es
otra historia.
Para tal odisea, Bob Dylan se hizo acompañar en las 9
canciones que componen el álbum de Mike Bloomfield (guitarra), Harvey Brooks
(bajo), Bobby Gregg junto con Sam Lay (batería), Charlie McCoy (guitarra) y
Paul Griffin, junto con el gran Al Kooper (órgano y piano). Grabado en el
estudio A de Columbia en Nueva York, durante los días 15 y 16 de junio, Tom
Wilson dirigió las grabaciones que dieron lugar al sencillo “Like A Rolling
Stone”. Las sesiones se interrumpirían por compromisos, reanudándose el 29 de
julio hasta el 4 de agosto, pero con Bob Johnston como productor.
Debería decir que todas las canciones son una joya. ¿Cómo
me atrevería a minimizar canciones como “Tombstone Blues” o “Ballad of a Thin
Man?” Todas son de primer orden y de gran manufactura. Tan solo cuando me
cuestionan por qué Dylan fue merecedor del Nobel de Literatura (único músico
que lo ha ganado), siempre respondo: “Escuchen Desolation Row, bellísima canción,
todo un poema en su letra”. Pero definitivamente, la canción que sobresale es
la mítica “Like A Rolling Stone”, probablemente la mejor canción de rock de
todos los tiempos, todo un himno, que, a 60 años de haber sido grabada, sigue
asombrando e inspirando a generaciones futuras. Toda una obra revolucionaria.
Bruce Springsteen la ha catalogado como la fusión de “Hound Dog” pero en voz de
la gran Big Mama Thornton y “On The Road”, de Jack Kerouac. Así de gigante es “Like
A Rolling Stone”. Aún recuerdo la primera vez que la escuché, debí ser niño,
cuando mi mamá ponía Radio Capital. Ese tamborazo y órgano entrando a “destiempo”
con los demás instrumentos me voló el cerebro.
Ninguna otra canción pop había retado y transformado las
reglas y/o formatos artísticos de su tiempo. Dylan dictaba el camino a seguir
en 1965, con una obra de arte y una gira muy controversial, que han sido un
hito dentro de la historia de la humanidad.